El nuevo obispo de Ávila ofrece "aliento" ante el "velo de sospecha" sobre el sacerdocio

  • El hasta hace escasas fechas secretario de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, ha sido ordenado obispo de Ávila en la Catedral abulense en una ceremonia concelebrada por 68 cardenales y obispos, y con la asistencia del nuncio apostólico, Renzo Fratini, y en la que ha animado a los sacerdotes con palabras de "aliento".
Salamanca.- Un momento de la ordenación
Salamanca.- Un momento de la ordenación
OBISPADO SALAMANCA
Salamanca.- Un momento de la ordenación

Con unos 1.500 asistentes y el presidente de la Conferencia Episcopal Episcopal y cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que ha sido el ordenante, el nuevo obispo se ha referido al "velo de sospecha" sobre los "sacerdotes buenos".

"En estos momentos -ha dicho- en que, tomando pie de pecados y delitos que desde la comunidad eclesial se han cometido y por los que pedimos perdón y trabajamos en su erradicación y prevención, se quiere extender injustamente un velo de sospecha sobre la multitud inmensa de sacerdotes buenos que sirven a Dios y a la gente de forma fiel, abnegada y ejemplar", ha reflexionado.

Gil Tamayo ha expresado, por otra parte, la necesidad de "fortalecer el aporte educativo a la sociedad abulense" como un "servicio social de primer orden" y haciéndolo a partir de una "cosmovisión cristiana sin complejos y con calidad".

Otro de los objetivos de su labor pastoral es el del "cuidado" de la familia, el fomento del apostolado seglar, y "revitalizar" el "afán misionero y evangelizador".

Esto debe hacerse desde el "respeto a las convicciones y creencias" de los demás, "a la libertad", pero a la vez "sin complejos ni reduccionismos acomodaticios" con la exigencia del "respeto exquisito" al derecho a la libertad religiosa, "la nuestra y la de los demás".

Gil Tamayo (Zalamea de la Serena -Badajoz-, 1957) ha elegido como lema como obispo el de "No he venido a ser servido, sino a servir".

Por su parte, el cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, ha dicho a Gil Tamayo en la ceremonia, que dada la situación actual de la Iglesia, "una tarea fundamental de todo obispo es la de cuidar y acompañar cordialmente a los presbíteros en sus gozos y en su cruz".

"La situación actual de la Iglesia en nuestras latitudes requiere especialmente que seas para ellos padre, hermano y amigo", ha dicho,Blázquez que ha rememorado su comienzo como obispo destacando que se encomendó a Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y San Pedro de Alcántara.

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