El jurado declara culpable de asesinato al marido de Lucía Patrascu

  • El Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Baleares ha declarado culpable de asesinato al Ioan Ciotau, marido de Lucía Patrascu. Los hechos tuvieron lugar en Port de Pollença (Mallorca) en mayo de 2016 cuando este, tal como confesó en el juicio, la emprendió contra a ella a cuchilladas porque "se le cruzaron los cables".
Juicio por el asesinato de Lucía Patrascu
Juicio por el asesinato de Lucía Patrascu
EUROPA PRESS
Juicio por el asesinato de Lucía Patrascu

Según ha señalado la portavoz del tribunal, le han declarado culpable por unanimidad y dan por probado que el acusado, Ioan Ciotau, con "clara intención de asegurar la muerte" de la víctima la acuchilló "sin que pudiera defenderse".

Así, consideran que hubo alevosía, remarcan que hay agravante de parentesco y le niegan la concesión de un indulto.

Por su parte, la fiscal Carmen Fernández mantiene su petición de 22 años de cárcel porque, entre otras cosas, el acusado le dijo a su hijo y a varios testigos que "la mató porque era una puta" y tras esto se sentó a esperar que le detuvieran porque ya había hecho lo que quería, debido a que "no soportaba" que ella "le fuera a dejar".

Además, ni la fiscal, ni la Abogacía de la Comunidad ni la acusación particular consideran que en el momento del crimen el procesado sufriera una trastorno mental transitorio tal como mantiene el abogado defensor del acusado que pedía su libre absolución.

Según el relato de los hechos, tras una discusión acerca de dónde había pasado la noche la víctima, el procesado la agarró del cuello por la espalda. La mujer logró zafarse y huyó hacia el balcón de la terraza. Entonces el acusado fue a la cocina, cogió un cuchillo de unos 16 centímetros de hoja y alcanzó a la víctima en el balcón, donde le asestó varias puñaladas en la espalda.

Posteriormente, el hombre la volvió a acuchillar en el pecho. Pese a recibir ayuda médica urgente, Lucía Patrascu falleció a consecuencia de las heridas realizadas por su marido.

En su último turno de palabra, el acusado, un hombre de 60 años de origen rumano, dijo que era un "hombre pobre" y que todo lo que ha ganado con su trabajo "estos 40 años" se lo deja a sus hijos a quienes también pidió "perdón".

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