Los partidos políticos han escenificado este jueves una tregua en sus desavenencias con motivo de la celebración del 40 aniversario de la Constitución, que ha discurrido en una ceremonia histórica en el Congreso que ha contado con más grupos asistentes de lo acostumbrado y en la que no se ha registrado ninguna salida de tono, tal y como han subrayado algunos de los asistentes.

La "concordia" a la que se ha referido el rey Felipe VI en su discurso ante la Cámara como uno de los valores que lideraron el proceso que ha sido "el mayor éxito político de España" ha hecho acto de presencia 40 años después en la jornada histórica en el Congreso, que ha contado con la presencia de los reyes, los reyes eméritos, así como la princesa de Asturias y la infanta Sofía y los cuatro exvicepresidentes vivos del Gobierno.

También, de manera excepcional, han estado presentes los diputados de IU y de Podemos y parte de sus confluencias, a excepción de la catalana En Comù Podem, que ha querido protestar con su ausencia por el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la resolución del Parlament que reprueba al monarca.

Apretados en los bancos que en las grandes ocasiones sustituyen a los escaños del Congreso, diputados, senadores y exparlamentarios han escuchado a Felipe VI recordar la "reconciliación", "entendimiento" y "espíritu integrador" como los valores que impulsaron la redacción de una Carga Magna con la que España ha vivido sus mejores años.

En esta ocasión, no ha habido elementos para llamar la atención. Ni vestuarios extemporáneos ni siquiera una reacción por parte de nadie cuando alguien ha dado vivas a España y al Rey y el hemiciclo ha empezado a aplaudir.

En ausencia, como suele ser habitual, de los diputados catalanes de ERC y PdeCAT y los vascos del PNV, algunos diputados han achacado este jueves la tregua al hecho de que "Podemos se ha moderado".

También el discurso de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha tenido un papel importante. Ante los cuatro expresidentes, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, ha recordado medidas importantes de cada uno de sus mandatos, un gesto que ha sido muy bien recibido desde las filas socialistas, tan enfrentadas a ella, por ejemplo, por paralizar la tramitación de una reforma legal para aprobar las Cuentas de 2019.

No obstante, los de Pablo Iglesias han lucido ufanos una nueva chapa en la solapa, creada para la ocasión, la efigie de una mujer con la que han querido reivindicar el feminismo y recordar a las mujeres que, como los Padres de la Constitución -Miguel Herrero y Miquel Roca presentes este día en el Congreso- también hicieron posible la Carta Magna.

Asimismo, la razón por la que los diputados de IU sí han participado este año en las celebraciones de la Constitución se debía al interés de esta formación por contar que este miércoles presentaron una querella contra el rey emérito. don Juan Carlos, ante el Tribunal Supremo por presuntos delitos de corrupción.

A pesar de todo ello, la Constitución ha contado en su 40 cumpleaños con una inusitada calma en un Congreso que en los últimos tiempos ha vivido situaciones insostenibles de gresca política.

Las distancias abismales sobre cómo gestionar la situación en Cataluña, sobre los pactos que deben cerrarse para investir a un nuevo presidente o presidenta de la Junta de Andalucía o el incierto destino de los Presupuestos para 2019 que el Gobierno llevará para su aprobación al Congreso en enero no han enturbiado una sesión solemne para conmemorar las cuatro décadas de la Constitución.

Al menos, dentro del hemiciclo. A la entrada y en el cocktail posterior, representantes del PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos han vuelto a hacer gala de lo que les separa con declaraciones que, recién cerradas las urnas en Andalucía, no sólo se han dirigido a sus adversarios políticos, sino también vender el mensaje que, según cada uno, mejor comprarán sus electores.

Así, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha entrado a la celebración de los 40 años de la Constitución con el mensaje de que hay que "celebrar" y "agradecer" a quienes la hicieron posible, pero también de que hay que "defenderla", porque ha afirmado que en Cataluña se hace díficil hacerlo.

El líder del PP, Pablo Casado, ha recordado a las víctimas del terrorismo y ha defendido la "unidad territorial" de España, mientras que las menciones a la labor del Partido Comunista han sido dominantes en la declaración del líder de IU, Alberto Garzón, antes de entrar en el hemiciclo. A su lado, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha asegurado que la Constitución "no se aplica" a quienes no disfrutan de los derechos sociales que la Carta Magna reconoce.

"Los ciudadanos de Cataluña han sufrido en el último año un golpe de Estado a la Constitución y la han defendido", ha aseverado Rivera, sobre una cuestión sobre la que también ha hablado Susana Díaz en un corrillo inesperado y que casualmente ha coincidido con las declaraciones, a pocos metros de distancia, de la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra.

Díaz ha admitido que en campaña ella reprochó al candidato de Ciudadanos, Juan Marín, que hablara de Cataluña y no de Andalucía, pero al final ha resultado que ese tema fue importante, lo que para la socialista andaluza requeriría una "reflexión" de todo el PSOE, que abarca al federal de Sánchez y no sólo al de Andalucía.

Díaz ha instado a Rivera a elegir si quiere ser como el presidente de Francia, Enmanuel Macron, y oponerse a la extrema derecha o unirse a ella y convertirse en el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini. Fuentes del PSOE ha alertado además del "tripartito" derechas que puede gobernar Andalucía.

Por otra parte, el PP, que la semana que viene se reunirá con Ciudadanos para seguir avanzando en un eventual pacto en Andalucía, ha apuntado este jueves que cerrará el paso a la reforma constitucional para limitar los aforamientos políticos que aprobó el Consejo de Ministros este viernes y que en un mes aproximadamente llegará al Congreso.

Casado, ha señalado que ni siquiera han escuchado la propuesta del PSOE pero, ha añadido, "ya aviso que el PP no va a participar en ninguna reforma más por agenda que por que sea necesaria".

El presidente del Gobierno tiene previsto celebrar una ronda de contactos con los líderes de los grupos parlamentarios para recavar su apoyo a la retirada del aforamiento a los miembros del Gobierno, el Congreso y el Senado, que será la primera vez en la que, en persona o por teléfono, Sánchez y Casado hablen desde que el primero rompió relaciones con el segundo por llamarle"golpista".

Si las diferencias han quedado patentes dentro, la crispación también se ha dejado sentir fuera del Congreso, donde cientos de personas se han empezado a congregar desde primera hora de la mañana.

Como ya ocurriera en el desfile de las Fuerzas Armadas, Sánchez ha sido abucheado y también el expresidente Rodríguez Zapatero y el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. Por el contrario, los Reyes han recibido una larga ovación.