Todo el mundo quiere que su teléfono vaya más y más rápido. Además, cada vez es mayor el número de aparatos que tenemos conectados: móviles, relojes, pulseras, coches... Esto requiere una mayor estabilidad de la conectividad. Para que no se colapse el ancho de banda hace falta una nueva señal inalámbrica: el 5G.
De forma parecida al 4G o el 3G, el 5G es una conexión inalámbrica diseñada para mantener conectados un gran número de dispositivos sin que se ralentice su funcionamiento.
Con esta red se pueden tener numerosos dispositivos conectados: además del teléfono o el ordenador, permitirá conectar otros productos de domótica como cerraduras, cámaras de seguridad, collares de perros, el microondas, el coche, etc.
Esta tecnología ya ha llegado y en este próximo año se pondrán a la venta los primeros teléfonos con esta nueva red. La compañía de telecomunicaciones AT&T ha afirmado este martes que lanzará su primer teléfono 5G en la primera mitad de 2019 y vendrá de la mano de Samsung. Verizon, T-Mobile y Sprint se han sumado también a esta nueva generación de dispositivos.
Sin embargo, todavía no vamos a necesitar el 5G en nuestro día a día. Esta nueva red ofrecerá velocidades más rápidas a la hora de navegar en internet y una mejor conectividad, pero de momento, no vamos a necesitar tantos datos en nuestros dispositivos.
Además, la red estará limitada a unos cuantos países, por lo que la mayoría de personas no tendrán acceso a esta nueva red. Por esto, compañías como Apple se han pronunciado para confirmar que esperarán hasta 2020 para sacar teléfonos y dispositivos con esta red.
El 5G también estará presente en la conexión a internet en casa y hará que nos olvidemos de conectar cables por todos lados.
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