La Policía Nacional ha detenido en Barcelona a un veterano falsificador de obras de arte, que en el año 2000 ya fue arrestado como líder de un grupo de tráfico de cuadros falsos y que ahora estaba reclamado por EEUU, donde comercializó masivamente obras fraudulentas de reconocidos artistas.

Tras dos años de gestiones, la Policía lo ha detenido finalmente a las puertas de su casa en Barcelona a Oswaldo A.B., de 72 años, que ha sido puesto a disposición de la Audiencia Nacional para iniciar los trámites para su extradición a Estados Unidos.

Oswaldo A.B. es un viejo conocido del antiguo grupo de robos y protección del patrimonio histórico de la Policía Nacional, que en el año 2000 ya le detuvo en la "operación Artista" como líder de una banda a la que intervinieron 3.000 grabados, litografías y serigrafías falsificadas de artistas como Miró, Picasso, Tàpies, Dalí, Chillida y Andy Warhol, entre otros, por valor de 7,5 millones de euros.

Además de la orden internacional de búsqueda y captura emitida por Estados Unidos, por la que la Policía trataba de dar con el falsificador desde 2016, un juzgado de Barcelona también le reclamaba desde 2017 por delitos contra la propiedad intelectual e industrial.

Tras recibir la alerta de Interpol pidiendo su detención en virtud de la orden de EEUU, la Policía Nacional llevó a cabo numerosas gestiones para tratar de localizar al fugitivo, que adoptaba extremas medidas de seguridad y autoprotección para eludir la acción de la justicia.

Los agentes del grupo segundo de la sección de crimen organizado de la Policía Nacional en Barcelona, junto con el grupo de Fugitivos que durante dos años ha intentado dar con este escurridizo falsificador, pudieron finalmente arrestarlo a la salida de su casa de Barcelona, donde tiene su residencia legal.

Oswaldo A.B. ya fue detenido en diciembre de 2000, cuando tenía 54 años, junto a otras diez personas -seis en España y cuatro en Italia- como máximo responsable, junto a un impresor italiano, de una red internacional de falsificadores que había comercializado obras de arte fraudulentas en diferentes países por valor entonces de unos 1.250 millones de pesetas (7,5 millones de euros).