Los hosteleros de Ciudad Real mostraron ayer su repulsa por el tiroteo ocurrido el sábado y anunciaron el cierre de los locales de la zona de El Torreón en Ciudad Real como modo de solidarizarse con el dueño de la discoteca La Antigua Estación de Ciudad Real, donde ocurrieron los hechos.

En este sentido, el dueño de La Vieja Estación, Pablo Victoria, explicó que los porteros no dejaron entrar a la discoteca al joven en dos ocasiones antes del tiroteo porque “tenía síntomas de embriaguez y de haber consumido drogas” y el hecho de decirle lo de las zapatillas fue una excusa.

Victoria reconoció además el trabajo de los porteros de su establecimiento, con quienes lleva trabajando desde hace años, ya que impidieron la entrada de "un asesino en potencia" al local".

Respecto a los hechos en sí, el portavoz de los locales de El Torreón, Goyo Hernández, aseguró que los bares de la zona sufren el "efecto rebote" del botellón, donde no se controla ni el consumo de alcohol ni de drogas, ni la edad de quienes lo consumen.

Por su parte, el presidente de los hosteleros de la provincia, Teófilo Arribas, explicó durante la rueda de prensa que la intención de los locales es solicitar una reunión con la alcaldesa, para solicitar más presencia policial; el jefe de la Polícia Local, a quien acusa de informar de hechos que no ocurrieron; y el subdelegado del Gobierno.

Heridos

Los dos porteros heridos continúan ingresados en el hospital, aunque uno de ellos ha salido del estado muy grave para considerarse "menos grave".

Por otra parte, el presunto autor de los hechos prestó ayer declaración en los juzgados de Ciudad Real, donde dijo que su intención era sólo "asustar" a los porteros.

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