Experto defiende recuperar cuento maravilloso que habla de demonio, magos, hadas y dragones y tacha a Disney de machista

  • MURCIA, 25 (EUROPA PRESS)
Lorenzo Hernández Pallarés
Lorenzo Hernández Pallarés
LORENZO HERNÁNDEZ PALLARÉS
Lorenzo Hernández Pallarés

El presidente de la Asociación Iberoamericana de Cuentoterapia, Lorenzo Hernández Pallarés, ha defendido la necesidad de recuperar el cuento tradicional que ha ido pasando oralmente de generación en generación, aquel cuento que habla del demonio, de magos, hadas, dragones, luchas y héroes.

Y es que, ha manifestado en una entrevista a Europa Press, el cuento "es como una vacuna que te inmuniza y te da anticuerpos para luchar contra los problemas que se te pueden presentar en la vida", problemas como el acoso o el 'bullying', de los que considera que hay que visibilizarlos y existen decenas de títulos de álbumes ilustrados que ya hablan de ello.

El cuento "enseña, pero no adoctrina, emociona, transmite y hace empatizar con el niño, darse cuenta de que a veces se siente solo, pero hay un trabajo por hacer", ha lamentado este experto, que resalta que la tarea corresponde al núcleo familiar, dado que no vale con llenar la estantería del niño con libros, sino que hay que implicarse, "contarle al niño el cuento, no dárselo para que esté entretenido; tiene que ser un vehículo de comunicación". "Tienes que estar presente, señalarles las cosas, preguntarle por los dibujos, porque si tú no se los cuentas, ellos no van a acceder al significado, ni a la comprensión de lo que leen", indica.

En su opinión, "si leyéramos y jugáramos más con los niños, si hubiera más interacción, se darían menos" problemas acuciantes como el acoso. El papel de los maestros, a su vez, no es el de "vigilar el patio, no necesitamos más policías-vigilantes, sino personas con funciones educativas, mentores, que indiquen como se respeta al otro y no discriminar".

En esta misma línea, ha aplaudido el hecho de que se siga haciendo uso del cuento oral de toda la vida y los cuentos ilustrados, frente a los cuentos Disney, de los que opina que son "una mutilación de los cuentos populares y una contaminación de sus valores tradicionales".

De hecho, no duda en afirmar que "se hace bien en aparcar el cuento Disney, porque su ideología es machista". "La factoría Disney hizo películas ideologizadas con valores de pequeños burgueses, clase media y represores; el problema fue cuando la industria editorial hizo posteriormente muchos libros sobre ello y han mantenido esos valores", critica.

"Lo bueno de los nuevos cuentos ilustrados es que van contra ese tipo de cuento, de encefalograma plano", dice, y añade que "si se lee a Andersen o los Hermanos Grimm no tiene nada que ver con las versiones de la factoría Disney".

CUENTOS EMOTIVOS Y ORALES

También confirma ese auge de la literatura infantil con cuentos ilustrados, cuentos como 'El Pollo Pepe' o el 'Monstruo de Colores', entre otros, que lo que hacen es "tocar tu emoción, emocionarte, hacerte sentir y hacerte comprender tus sentimientos; son cuentos educativos terapéuticos".

La manera de fomentarlo es que en casa haya libros, de hecho hay estudios que ponen de manifiesto que "dependiendo del número de libros de la biblioteca que el niño tiene en casa, así será el nivel de estudios que alcanzará".

Y es que "si no lo introducimos en el gusto por leer, si no le leemos nosotros, no enganchará con la lectura, porque en clase se enseña a leer, pero no con entonación; la literatura tiene que ser un reflejo de un buen orador", de la que se aprende por imitación y por contagio emocional.

También defiende la importancia del cuento tradicional, que ha caído en el olvido. Subraya que los cuentos también tienen que hablar del diablo, porque "simbólicamente la figura del diablo habla de las adicciones, de cómo podemos engancharnos a las sustancias o a las nuevas tecnologías, simboliza las tentaciones y si quitamos esos cuentos cada vez habrá más adictos".

USO PREMATURO DE PANTALLAS PUEDE AISLAR AL NIÑO

Precisamente, sobre las nuevas tecnologías y su impacto, considera que "no hay que contrarrestarlo, hay que sumar, porque ambas son necesarias, aunque el problema es cuando hay una desmesura de una sobre otra". "Hay que educar en las TIC y tener un uso controlado y responsable", indica.

Recuerda que en la antigua Grecia, cuando Platón propuso utilizar la literatura escrita, Sócrates "tenía una serie de discurso en contra del uso de los libros y la literatura, porque iba en contra del pensamiento, que es oral, y el diálogo". Al final, rememora, a Sócrates se le conoce porque Platón escribió todos sus discursos.

A día de hoy, los niños son interactivos, es decir, "espera que el medio, en este caso la tablet o pantalla, responda ante sus estímulos y juegan". Por eso, "uno no puede ir en contra de la evolución del cerebro, no tenemos que ser censores, sino que hay que ver las TIC como la nueva revolución en el pensamiento e intentar que no sea la única, por que siempre necesitaremos hablar y escribir".

Sobre esto, advierte, citando fuentes de varias asociaciones internacionales de pediatría, que el uso prematuro de las pantallas "puede aislar al niño si está todo el día con eso".

Entre los estudios a los que hacen referencia concluye que el 68 por ciento de los menores de dos años "utilizan la pantallas en un día normal, una cifra muy alta", lamenta, para después recomendar que no hay que dejar que el menor tenga contacto con las pantallas antes de los dos años.

Aunque destaca que "no podemos demonizar las TIC, tampoco nos podemos echar en sus brazos y dejar la educación de los niños en manos de las pantallas, ya que al final eso será malo para el desarrollo sensoriomotor, ya que entre los 0 y los 2 años es la edad de dicho desarrollo, el niño tiene que saltar, moverse experimentar su esquema corporal y crear una percepción de su propio sentir, pero si delante tiene una pantalla que es pasiva pues puede ser que luego tenga problemas del desarrollo no solo físico, sino psicológico".

El uso de las TIC de forma temprana "no favorece la comunicación, las habilidades sociales, en los menores de dos años, que es cuando precisamente el niño necesita la sonrisa, la mirada, el tacto, y si se lo robas, hay una deprivación parental e, incluso, podría producir un daño neurológico".

Entre los 2 y los 5 años se recomienda una hora al día como máximo, aunque es una orientación, indica Hernández Pallarés, que resalta que el menor "necesita trabajar su fantasía, ya que si se la das ya elaborada no la trabajará".

CUENTOS ORALES TRADICIONALES: 'CINCO LOBITOS'

Si los padres o familiares se preguntan qué se puede hacer si no se utilizan las TIC antes de los dos años, Lorenzo Hernández Pallarés propone los cuentos orales, los tradicionales 'Cinco lobitos tiene la loba', 'Aserrín, aserrán', 'Cuando vayas a por carne' o 'Pon-pon, dineritos al bolsón', entre otras.

A modo de ejemplo, el cuento de los cinco lobitos "tiene una estructura rítmica que hará que el niño coja el lenguaje, se le hará el movimiento de la mano a la altura de la mirada, ya que solo es capaz de ver en 20 cm, ni más cerca ni más lejos, en la medida en que el niño, sensorialmente, ya puede captar el movimiento; de hecho es el primer movimiento que se le enseña".

En cuanto al mensaje, explica que da igual que los hijos que tiene la lobita sean blancos o negros, "los cría a todos, pero no ya por el color de la piel, sino que para la mamá, todos sus hijos son iguales", y cuando los alimenta quiere decir "que no hay que tener celos porque la lobita le dé de comer al más pequeño, porque el resto de niños también fueron pequeños", algo tan sencillo inculca desde casi la cuna valores éticos y educativos básicos para la igualdad y el respeto a la diversidad.

A los niños "se les estimula a través de estas canciones motrices, pero es la familia quien tiene que hacer esta estimulación temprana de los segmentos corporales", como lo hacían las abuelas sin saber de neurociencia, concluye.

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