Hace una semana, la cumbre sobre el 'brexit' prevista para este domingo en Bruselas se rebeló como el inocente motivo por el que la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la campaña electoral en Andalucía corría el riesgo de verse aún más reducida desde una participación ya de por sí testimonial. Los dos actos programados junto a la presidenta andaluza, Susana Díaz, corrían el riesgo de quedar reducidos a sólo a uno porque el presidente tenía que ir a Bruselas a firmar el divorcio entre la UE y el Reino Unido.

Sin embargo, al acuerdo entre Bruselas y Londres le salió un importante impedimento de última hora con la negativa del Gobierno español a aceptar un acuerdo del Brexit que no dejara meridianamente claro que cualquier relación futura entre la UE y el Reino Unido contará obligatoriamente con el visto bueno de España por lo que respecta a Gibraltar.

El obstáculo se presentó tan a última hora como el cambio un cambio en el ya famoso artículo 184 que ha provocó la amenza de veto de España al acuerdo político del 'brexit', debido a que España rechazaba firmar un documento que podría ser muy perjudicial para sus intereses en el futuro y que, en plena campaña, tiene que ver con algo tan cercano a Andalucía como es Gibraltar.

Recién regresado de Cuba, Sánchez ha confirmado este sábado que hay acuerdo con la Comisión Europea y Londres para que se vean recogidas las exigencias de España. A tenor de cómo han evolucionado los acontecimientos en los últimos días, ha resultado que al final Sánchez va a cambiar un pautado mitin de campaña previsto este domingo en Marbella por un Consejo Europeo al que llegará habiéndose marcado un tanto en una cuestión que tiene conexiones tan andaluzas como el gaditano Campo de Gibraltar.

Esta semana, Gibraltar ha irrumpido en la campaña electoral andaluza. El PP ha recuperado el mantra "Gibraltar, español" y el candidato de Ciudadnaos a la Junta, Juan Marín, ha optado por apoyar al Gobierno en la negociación de este fin de semana porque"hay intereses comunes entre Gibraltar y España que tienen que ver fundamentalmente con el empleo y el aeropuerto".

La presidenta de la Junta y candidata socialista ha hablado del asunto para esperar que la UE "tome partido" por España, no por el Reino Unido, porque "bastante esfuerzo estamos haciendo". "La letra pequeña de la negociación no la conozco, yo conozco la parte que afecta a Andalucía, que es lo que he hablado con el presidente del Gobierno varias veces en los últimos días", ha dicho Díaz sobre una negociación europea que ya ha entrado en campaña.

El presidente del Gobierno, que primero amagó con no ir al Consejo Europeo, que corrió incluso el riesgo de no celebrarse, según se barajaba en la noche del viernes, también ha tenido este sábado palabras para los habitantes del Campo de Gibraltar. "El Gobierno siempre va a velar por sus condiciones económicas y sociales", ha dicho Sánchez en la comparecencia en la que ha llegado a decir que ha logrado garantías sobre Gibraltar "para resolver un conflicto que dura 300 años".

En La Moncloa cunde la sensación de que el equipo negociador por la UE, dirigido por Michel Barnier, se la jugó a España. Apuntan con alivio cómo, por causalidad, se dieron cuenta del cambio introducido "con nocturnidad" y alevosía" en la declaración política que se debe aprobar en la cumbre de este domingo y esperan el momento de que termine este trance para pedir explicaciones.

Las tensas negociaciones que han durado hasta este sábado no eran el momento, aducen en el palacio presidencial. Los negociadores han estado centrados desde hace días es encontrar un acuerdo aceptable para España y que no deje lugar a dudas de que el futuro de las relaciones entre la UE Y Reino Unido tendrá que contar con el visto bueno de Madrid en la cuestión de Gibraltar.

No se trata sólo de una cuestión de soberanía, porque en el memorando relativo a Gibraltar que acompaña al acuerdo del Brexit España decidió renunciar, al menos de momento, a la cosoberanía. De la misma manera, también se ha dejado caer de momento la reivindicación española de gestionar conjuntamente el aeropuerto gibraltareño.

Entre Gibraltar y la provincia de Cádiz existe un vínculo que consiste en que miles de trabajadores cruzan la verja cada día en ambos sentidos para ir a trabajar. La colonia británica es hoy una importante fuente de ingresos para las arcas andaluzas. Por el empleo, mejor retribuido, que da a muchos trabajadores que residen en el Campo de Gibraltar y por la actividad económica que generan quienes viven en la colonia y cruzan a territorio español.

Asimismo, los esfuerzos que ha intensificado el Gobierno para luchar contra el crimen organizado tienen mucha relación con Gibraltar, paraiso fiscal, y en plena ruta de las mafias de contrabando y del tráfico de personas.

Por eso, el acuerdo del Brexit incluye un protocolo concreto sobre Gibraltar, negociado entre Madrid y Londres, que le obligará a incrementar los impuestos del alcohol y la gasolina para combatir un posible dumping fiscal con respecto a Andalucía y, por tanto España, y le invita invita también a encarecer el tabaco. Asimismo, establece fórmulas para combatir el contrabando y el fraude.

Ese no es el problema. La cuestión está en la declaración política que no explicita que España tendrá que aceptar cualquier relación figura de Reino Unido y la UE relacionada con Gibraltar. La ausencia era tan clamorosa como lo fue que en una primera versión sí figurara una mención como la que quiere ver Madrid en la versión definitiva.

"El Gobierno tiene claro y es determinante que quede absolutamente garantizado que todo acuerdo entre la UE y el Reino Unido requiera el visto bueno de España, previo acuerdo en relación a Gibraltar", insistió este viernes una y otra vez la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celáa.

Desde la misma mesa en la que este viernes transmitía la negativa del Gobierno a dar su brazo a torcer en Bruselas, siete días antes Celáa anunciaba un plan millonario para dinamizar la economía legal y luchar contra el crimen en el Campo de Gibraltar, el territorio que circunda la colonia británica en el centro de los problemas de última hora para que la UE selle su pacto del 'brexit'.

El Gobierno abría así, oficiosamente, su propia campaña electoral en Andalucía, prometiendo una lluvia de millones, algunos de los cuales dependen de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado de 2019. De caras para afuera el Gobierno asegura que sigue trabajando para presentarlos en el Congreso en diciembre y para tener el acuerdo parlamentario suficiente para aprobarlo. De puertas para adentro, en el PSOE se hacen cábalas sobre cuál es la fecha que mejor responde a los intereses de unos y otros.

En su ecuador y sin haberlo deseado, el Gobierno se ha topado con el 'brexit', donde deberá hacer valer sus intereses relacionados con la colonia británica enclavada en Andalucía.