La preocupación por el cambio climático y la contaminación atmosférica han propiciado una transformación en el parque automovilístico que busca limpiar el aire que los ciudadanos respiran, protegiendo así la salud de la sociedad y del Planeta. Organismos públicos como los ayuntamientos y la Dirección General de Tráfico han establecido un conjunto de medidas y planes enfocados a renovar los motores de los coches que se encuentran actualmente en circulación.

En concreto, la DGT ha creado cuatro etiquetas ambientales que clasifican a motocicletas y coches en función de su polución. Los distintivos B, C, ECO y CERO son parte del Plan Aire del propio organismo, en el que se subraya que las partículas y el dióxido de nitrógeno generadas por el tráfico rodado son la principal fuente de emisión contaminante en las grandes urbes.

Dichas etiquetas propician la fabricación de modelos de vehículos más sostenibles, que además cuentan con una serie de beneficios fiscales y descuentos frente a los antiguos modelos.

Los nuevos propietarios de los vehículos sostenibles disfrutan de una serie de ayudas económicas en el territorio nacional por su compromiso con el respeto al medio ambiente. En Madrid y Barcelona los conductores obtienen una bonificación de hasta un 75% del impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, cifra que varía en otras comunidades autónomas. Además, están exentos del pago de la tasa de matriculación. Tampoco hay que olvidar que la capital española aplicará en el centro de la ciudad un plan que restringirá el tráfico a los vehículos que no cuenten con las etiquetas CERO y ECO.

Por todos estos motivos, hay quienes optan por renovar su vehículo y pasarse a estos nuevos automóviles, aprovechando las subvenciones que promueven Gobierno e instituciones públicas con el Plan Movalt. Una tendencia en alza que se refleja en las cifras: los fondos con los que se dotó al plan se agotaron en 24 horas, por lo que podría haber un segundo programa para el 2019; asimismo, las matriculaciones de coches eléctricos en España se dispararon un 91% en los ocho primeros meses de 2018, según datos recogidos por Anfac.

A la hora de elegir qué automóvil adquirir para reducir emisiones, hay que tener claro qué tipos de vehículos existen en el mercado. Estos nuevos coches se clasifican en híbridos, eléctricos, de hidrógeno y combustibles alternativos.

Los vehículos híbridos combinan un motor de combustión interna con otros que funcionan con baterías eléctricas. Pueden ser regulares si su batería se recarga internamente o enchufables, cuando la fuente de alimentación es externa.

Aunque los motores más eficientes son los eléctricos. Estos coches usan la electricidad como su único medio de combustión y presentan mayor ligereza porque necesitan menos piezas en su interior.

Reducir los gases contaminantes también pasa por idear un vehículo propulsado por uno de ellos. Los vehículos que funcionan a base de hidrógeno se aprovechan del vapor de agua que nace tras la reacción química que producen hidrógeno y oxígeno.

Como última opción y buscando reducir la quema de los productos fósiles surgen los combustibles alternativos, entre los que existe una larga lista que engloba biocombustibles, Gas Natural Vehicular (GNV) y Gas Licuado del Petróleo (GLP).

La gran variedad de modelos existentes en el mercado automovilístico actual, junto con las ayudas estatales y los nuevos planes públicos para la circulación en las ciudades son la mejor señal para renovar el vehículo y apostar por seguir cuidando el medio ambiente.