Las técnicas de la Uvasi han comparecido este jueves en la prueba pericial del juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares. Han explicado que el testimonio de la niña cumple 16 de los 19 indicadores de credibilidad contemplados y que la menor aporta "una cantidad de detalles suficientes para pensar que el discurso es creíble".

En especial, han resaltado que la menor "explica los hechos con una estructura lógica" pero "no lineal" y por ello descartan que sea "un relato aprendido".

Para realizar este informe, la Uvasi mantuvo dos entrevistas con la menor. Según una de las técnicas que ha declarado este jueves, en la primera la niña presentaba "muchísima vergüenza" y "muchas dificultades" para hablar de los hechos, además de que había "cierta interferencia" porque su lengua materna no es el español.

La experta de la Uvasi ha resumido el relato que hizo la menor en la unidad y ha apuntado que en la segunda entrevista añadió nuevos detalles. También ha manifestado que constató que la niña sabía que había ocurrido "algo que no le gusta y que no está bien".

El informe de la Uvasi descarta que la menor pueda tener motivaciones para inventarse las acusaciones puesto que "quiere continuar participando en las actividades de tiempo libre" de la asociación y que mantenía una "percepción positiva" de las personas de la entidad. Así, con la denuncia "ella pierde este entorno que le gustaba", ha subrayado la especialista.

La técnica de la Uvasi ha continuado señalando que no se detectaron indicios de que la menor pueda haber sido inducida por otra persona para realizar estas acusaciones. Sí que ha señalado que presentaba secuelas a corto plazo como ansiedad, vergüenza o dificultades para hablar.

En el juicio también se ha examinado el informe realizado por un perito propuesto por la defensa revisando las conclusiones de la Uvasi. Este perito, un psicólogo clínico especializado, considera que la entrevista de la Uvasi se orientó "a una única hipótesis" y que por ello existe "un sesgo".

Este psicólogo también ha ratificado otro informe en el que concluye que no queda constatada en el perfil del acusado ningún tipo de patología relacionada con la conducta sexual o pederastia.

Posteriormente ha comparecido la técnica de la Unidad Terapéutica de Abuso Sexual Infantil (Utasi) que atendió a la menor, con la que hizo 24 sesiones. La terapeuta ha declarado que la niña era inicialmente reticente a la terapia y que presentaba emociones "acordes" con lo relatado y "compatibles totalmente con la vivencia de un abuso sexual", como vergüenza, estigmatización, culpa, asco, enfado y traición.

DIEZ AÑOS DE CÁRCEL

La Fiscalía reclama que se condene al hombre a cumplir diez años de cárcel, se le inhabilite para cualquier empleo con menores y se le imponga la medida de libertad vigilada durante seis años, así como una orden de alejamiento de la víctima. También pide una indemnización de 10.000 euros.

La Fiscalía acusa al hombre de haber abusado varias veces de la menor durante una acampada en una localidad mallorquina en mayo de 2016. Según su escrito, la menor, que tenía ocho años, presenta diversas alteraciones como consecuencia de los hechos y ha tenido que recibir tratamiento terapéutico.