Las quejas por taras en viviendas protegidas bajan un 38% en dos años

  • Grietas en las paredes y baldosas mal puestas centraron las reclamaciones el año pasado.
  • Se contabilizaron 137 en la provincia de Valencia.
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Que a una familia le toque una VPO es casi como ganar el gordo de la lotería aunque, en 2007, para 137 familias supuso un trastorno, al no encontrarse con la casa de sus sueños, si no con viviendas repletas de desperfectos.

Los datos ofrecidos por la Conselleria de Vivienda reflejan que se ha producido un descenso del 38% en cuanto a reclamaciones en los dos últimos años en la provincia de Valencia. En 2005, la Conselleria registró 220 quejas (representaban el 7,5% del total de las vendidas); en 2006 fueron 170 (un 6,8%), y 137 en 2007 (el 7,6% de cuantas se adjudicaron).

‘Ranking' de desperfectos

Los defectos más comunes son zócalos rotos, baldosas despegadas, grietas en las paredes, humedades..., según coinciden en señalar la Unión de Consumidores (UCE)y la Conselleria.

Para solventarlas, según han explicado fuentes de la UCE a 20minutos, «el propietario tiene que avisar a la constructora y, si no las solucionan, realizar directamente un informe pericial».

Yolanda Romero: «No puedo salir sola a la terraza»

El Ayuntamiento le entregó hace un año su vivienda de protección oficial en el barrio de Orriols, y todo son problemas desde entonces. «No puedo salir sola a la terraza desde hace un año, voy en silla de ruedas» . Supuestamente, el piso tendría que estar adaptado para minusválidos, pero todo lo contrario. Como solución de urgencia, le han hecho una rampa casera para que, con la ayuda de algún familiar, pueda salir a la terraza. Este no es el único problema que hay en su vivienda: «Las ventanas de mi casa no cierran bien, hay baldosas despegadas en la cocina y la puerta del garaje, que es comunitaria, nos tocó pagarla a todos los vecinos. Es una vergüenza que nos dieran la vivienda en ese estado, ya que mi casa no es la única que tiene desperfectos, prácticamente todos los pisos tenían algo». Yolanda lleva un año luchando, aunque parece ser que la batalla la han dado por perdida. «Los desperfectos los estamos pagando cada uno de nuestro bolsillo».

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