Un equipo de investigación internacional, entre los que se encuentran científicos de la Universidad Politécnica de Madrid, ha desarrollado un método de medición de los rasgos de la personalidad y la inteligencia mediante el análisis de los datos neurofisiológicos del cerebro.

Los resultados obtenidos, publicados en la revista PLos ONE, muestran un vínculo entre las capacidades mentales, los rasgos de la personalidad y las características de un electroencefalograma (EEG), un análisis utilizado para detectar anomalías en la actividad del cerebro.

Para este análisis se hizo una prueba a 22 hombres en buena forma física de aproximadamente 33 años. A cada uno de ellos se le hizo realizar un ejercicio de las tablas de schulte.

La prueba consiste en varias tablas de 5x5 de números dispuestos aleatoriamente del 1 al 25. Los participantes tienen que ir apuntando en un papel los números que van encontrando de mayor a menor.

En este estudio dividieron en tres grupos a los voluntarios del trabajo mediante un cuestionario de análisis de personalidad. En esta investigación descubrieron que todos los participantes de la prueba realizaron la prueba de una forma característica.

El grupo I realizó la prueba en un ritmo relativamente alto, por encima de un nivel medio-bajo. Este trabajo lo hicieron con autocontrol, liderazgo y falta de ansiedad. En la prueba de personalidad estos hombres mostraron una tendencia a trabajar solos, alto intelecto, pensamiento crítico y un retraso en la toma de decisiones.

El grupo II desarrolló una estrategia para simplificar el desempeño de la tarea, aunque la primera del trabajo no la desarrollaron. Estos sujetos necesitaron poco tiempo para la adaptación y no se cansaron, ya que podían mantener un buen ritmo de trabajo durante mucho tiempo. Sus perfiles personales combinaron altas puntuaciones en intelecto, madurez emocional y autocontrol.

El factor de inteligencia, que era muy bajo en los sujetos del grupo II y no reflejaba su creatividad en el desarrollo de nuevas estrategias, "finalmente resultó en un rendimiento laboral mucho más alto" según Alexander Pisarchik, investigador de la UPM.

Por su parte, los sujetos del grupo II hicieron la prueba sin ninguna estrategia de simplificación pero con una eficiencia del trabajo alta. Sus pruebas personales marcaron que tuvieron ansiedad por el retraso en la toma de decisiones, y una preferencia para trabajar solos. Además, demostraron tener una mente analítica, pensamiento crítico y un espíritu para la experimentación.

Los resultados obtenidos pueden servir para crear programas inteligentes automatizados que combinen pruebas simples y facilidades de electroencefalograma para una estimación real de los rasgos de la personalidad humana y las capacidades mentales.