Del voto de la aldea a la aldea global

Aunque, como era previsible, el voto venido del extranjero no ha alterado los escaños, nunca el voto de la diáspora gallega ha tenido tanta incidencia en la gobernabilidad de Galicia.
Y lo más curioso es que el aumento de electores en el extranjero (tres veces más que hace 10 años) responde esencialmente a la adquisición de la nacionalidad española por descendientes de emigrantes, con lo que una buena parte de los votos de Galicia en el exterior son de electores que nunca han pisado tierra gallega. El fenómeno no es, por otra parte, que el censo electoral CERA (residentes en el extranjero) se haya multiplicado, sino que además la participación desde el exterior, con un fuerte contingente de gallegos de adopción, se haya situado al final en el 34,7,% en unas elecciones de ámbito regional (después de ser eliminados unos 17.000 sobres por fecha o defecto). Ello muestra que vivimos en plena globalización y que desde fuera se sigue lo que sucede aquí.

La evolución del voto gallego del exterior sólo ha rebasado hasta ahora el 30% en elecciones generales (35,1% en las del 93, 34,4% en las del 96 y 31% en las de 00). En las autonómicas, la participación ha sido bastante más baja, situándose entre 1993 y 2001 alrededor del 25%, siendo mayoritario entre los escasos votantes el voto PP (entre 55% y 70%). En estas autonómicas la participación del exterior ha roto la tendencia y se ha situado en el nivel que tuvieron en las generales de 1993 y 1996 (elecciones en las que el voto al PSOE fue mayoritario). Paralelamente a este aumento de la participación (37.000 votos admitidos más que en las autonómicas de 2001) se ha producido un aumento proporcionalmente mucho más alto del voto al PSOE (31.248 votos más) que el del PP (14.184 votos más), mientras que el BNG sigue siendo marginal entre la emigración (710 votos más). De ello resulta que, en términos porcentuales, el PSOE haya subido del 20,9% del voto que obtuvo en 2001 al 42,9% (20 puntos más), mientras que el PP haya descendido del 67,7 al 49,5% (18,2 puntos menos). Este vuelco muestra que el voto del exterior no es insensible a los cambios en España (gobierno del PSOE desde 2004). Fraga no ha cautivado, como se pretendía, a los electores gallegos del otro lado del Atlántico.

El voto gallego en el extranjero se concentra en 13 países (siete de América y seis de Europa), dominando el continente americano (77,9%). Dos países, Argentina y Uruguay, concentran el 55,9% del total. En Europa la mayoría llega de Suiza (10,3%). Dos tercios del total han ido a dos circunscripciones: 36,9% para A Coruña, 28,7% para Pontevedra; el tercio restante, a Lugo y Ourense. El voto llegado a Galicia muestra que de los lejanos tiempos del voto de aldea de la transición se ha pasado al voto de la aldea global signo, de los nuevos tiempos.

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