El militar renegado timorense Alfredo Reinado no quiso asesinar sino secuestrar al presidente, José Ramos Horta, y al primer ministro, Xanana Gusmao, atacados el lunes, según los investigadores liderados por la Policía de la ONU.
La nueva hipótesis reduciría las tensiones creadas en Timor Oriental tras divulgarse un supuesto documento en el que el Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (Fretilin) ofreció diez millones de dólares a Reinado para que matara a ambos líderes, informó el diario australiano The Sydney Morning Herald.
El Fretilin, encabezado por el ex primer ministro Mari Alkatiri -forzado a renunciar a mediados de 2006 por una crisis instigada por el propio comandante rebelde- lo negó y aseguró que el documento es un intento de desestabilizar el país.
Horta sigue estable
Según los analistas, de ser cierto el rumor, sería empleado como excusa por los seguidores de Reinado para arrancar una nueva ola de violencia como la que en aquella ocasión dejó 37 muertos, más de 100.000 desplazados y obligó a desplegar fuerzas internacionales de paz en Timor Oriental.
La crisis fue desencadenada a raíz del despido del Ejército timorense de 600 soldados que denunciaron corrupción y nepotismo en el seno del cuerpo.
Ramos Horta, ingresado en un hospital de Darwin (Australia) se encuentra en estado estable y podría ser dado de alta en dos o tres semanas, mientras Gusmao salió ileso del tiroteo a su vehículo.
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