En concreto, las infracciones se detectaron cuando especialistas en transportes por carretera del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Burgos paraban e inspeccionaban un vehículo pesado con remolque en ruta por la provincia, que transportaba pollos vivos de granja por la autovía A-1, en los extrarradios de la ciudad.

A simple vista los guardias civiles detectaron varias irregularidades en el transporte, ya que la altura superaba los límites establecidos por haber añadido una jaula más a las nueve autorizadas, de manera que elevaba la altura a diez filas. Lo animales se encontraban hacinados en cada compartimento, apretados unos contra otros y sin espacio suficiente entre ellos.

Requerido el transporte para una prueba de pesaje, el resultado arrojó un exceso de 9.050 kilogramos en la carga sobre los 40.000 kilogramos que puede transportar este tipo de vehículos, lo que supone un incremento del 22,63 por ciento.

Por todo ello, se han confeccionado boletines de denuncia al Reglamento de Transportes Terrestres por exceso de peso, al Reglamento General de Vehículos por exceso de altura y a Sanidad Animal y Bienestar Social en el traslado de animales vivos por carretera.

En los supuestos del cargador y el transportista, las infracciones detectadas por exceso de peso acarrean sanciones de 2.400 euros, ha apuntado la Guardia Civil, que ha añadido que estas acciones al volante afectan de manera directa y negativa en la seguridad vial, al poner con ello en peligro la propia vida y la del resto de usuarios de la vía.

En concreto, ha detallado que en el supuesto de sufrir un accidente o realizar una maniobra evasiva o brusca de frenado se compromete la estabilidad del vehículo y su carga, con el aumento de la probabilidad de vuelco o de salir ésta despedida.

Además, el exceso de peso redunda negativamente en la maniobrabilidad del conjunto de vehículos (vehículo pesado y remolque) y en la distancia de frenado al alargarse la misma.