¿Dónde está 'El Nani'? 35 años de una desaparición más que misteriosa

  • Fue detenido el 13 de noviembre de 1983 y trasladado a los calabozos de la DGS: no se le volvió a ver.
Imagen de Santiago Corella 'El Nani'.
Imagen de Santiago Corella 'El Nani'.
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Imagen de Santiago Corella 'El Nani'.

España vivía en una democracia recién estrenada, con una Constitución a punto de cumplir cinco años. Algunas prácticas mafiosas seguían vigentes. Y en ese escenario, el 13 de noviembre de 1983 un delincuente, Santiago Corella 'El Nani', entró en los calabozos de la Dirección General de Seguridad y nunca más se le volvió a ver.

Su desaparición, de la que se cumplen 35 años, se convirtió en uno de los grandes misterios de los primeros años de la democracia, en el caso más mediático del momento. A pesar de los años transcurridos, no se ha resuelto, porque el cuerpo de El Nani jamás se ha encontrado.

"Canta, Nani, canta", "¿Dónde está el oro?" "¿Dónde está el colorao?", dicen que preguntaban los policías a El Nani en los calabozos de la DGS, en la Puerta del Sol, en el edificio que hoy alberga la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid y tristemente famoso por haber sido centro de detención y tortura en el franquismo.

Más allá del historial delictivo del joven, que en esas fechas tenía 29 años, su caso sirvió para destapar una mafia policial que acabó en el banquillo y que campaba a sus anchas en un momento en el que no existían los mecanismos de control que hay ahora.

La vida del Nani

Santiago Corella nació un 12 de enero de 1954 en Auñón, un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara. Pero pronto se trasladó a Madrid, como tantas y tantas familias en los años 60 en busca de trabajo y una vida mejor. La gran emigración interior.

El Nani pasó su infancia y adolescencia en barrios periféricos de la capital. Como su padre les abandonó y dejó a su madre cargada de hijos, Santiago Corella comenzó muy pronto a trabajar. Solo tenía 11 años.

Después siguió una trayectoria "de libro" en el mundo delincuencial de ese momento, como se han encargado de narrar películas y documentales, porque el caso da para eso y más.

Aún no había cumplido los 20 años cuando se casó con Soledad Montero, con la que tuvo dos hijos. Enseguida pisó la cárcel. Aún estaba abierta la de Carabanchel cuando entró El Nani después de atracar un supermercado. En el altercado de la detención, atropelló con el coche a un policía, Victoriano Gutiérrez Lobo.

No lo podía saber en ese momento, pero años después este inspector fue condenado a 29 años de cárcel por la desaparición del delincuente, al igual que el comisario Francisco Javier Fernández Álvarez y el inspector Francisco Aguilar González.

Atracaba con ayuda de policías, joyeros...

Tras su salida de prisión, Santiago Corella entró en contacto —o más bien, entraron en contacto con él— con una mafia policial dedicada a la extorsión y el robo y que utilizaba a delincuentes como él para sus fines, especialmente para atracos a joyerías.

Y todo ello con la ayuda de un joyero santanderino, que también pasó por el banquillo de los acusados: Francisco Venero, al parecer confidente de la Policía y quien entregaba a los delincuentes las armas e información útil para que cometieran los atracos, según se puso de manifiesto en el juicio contra la que se conoció como "mafia policial".

Cuentan algunos históricos investigadores que una mujer, exesposa o examante —no recuerdan bien— de uno de los policías de esa mafia acudió al Monte de Piedad con joyas para empeñar. Allí se dieron cuenta de que eran robadas, lo que permitió tirar del hilo.

Joyas seguramente procedentes de esos atracos por encargo. Uno de ellos enturbió la "relación" entre los jóvenes delincuentes y los policías corruptos. Fue el perpetrado en Banafarces (Valladolid). El botín: 48 kilos de oro.

De ellos, 40 fueron escondidos, al parecer bajo tierra, por los propios atracadores. No hubo manera de encontrarlos. Supuestamente, uno de los compinches del Nani aprovechó el nuevo paso de este por la cárcel para llevárselos. La mafia policial no les perdonó.

Su último atraco

Otra vez en la calle, Santiago Corella perpetró su último y fatal atraco: el de una joyería de la calle Tribulete, en el barrio madrileño de Lavapiés. Un asalto que se llevó por delante la vida del joyero Pablo Perea.

El Nani fue detenido el 13 de noviembre de 1983 inculpado del crimen del joyero. Fue trasladado a los calabozos de la DGS. Y a partir de ahí, se sucedieron versiones diferentes sobre su paradero y búsquedas de su cuerpo que llegaron hasta pantanos de Andalucía.

En 1996 la entonces juez de Primera Instancia número 65 de Madrid, Blanca Escalonilla, declaró el fallecimiento legal de El Nani al haber transcurrido el plazo de más de diez años desde su desaparición, lo que permitiría a su esposa pedir una pensión de viudedad.

Madrid y Santander acogieron los procesos judiciales de las "patas" del caso, pero el cuerpo del Nani sigue sin aparecer. ¿Dónde está?

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