El primero de los hechos ocurrió el 16 de junio y la víctima denunció ante la Guardia Civil de Armilla la sustracción de un teléfono móvil, valorado en 450 euros cuando se encontraba en un centro comercial de la localidad.

Según ha informado la Guardia Civil en un comunicado, el ahora investigado aprovechó un descuido de la denunciante y le sustrajo el terminal.

El otro hecho sucedió el 7 de septiembre en un establecimiento de Cúllar Vega, donde le fue sustraído a la víctima el teléfono -valorado en 420 euros- mientras se bañaba en la piscina.

Los agentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de Armilla se pusieron en contacto con las operadoras de telefonía móvil para averiguar a través del IMEI dónde se encontraban estos teléfonos y los titulares de las tarjetas SIM que en ese momento estaban instaladas en dichos terminales.

Una vez que las compañías de telefonía respondieron al requerimiento de la Guardia Civil, los agentes localizaron a los supuestos autores de los hurtos y procedieron a la investigación de los mismos.

Los móviles sustraídos fueron recuperados y entregados a sus propietarios.