Expertos reunidos en Bilbao ha destacado el papel "fundamental" de la enfermería para que los pacientes de VIH "lleven una vida normal" y "aprendan a vivir" con la enfermedad. Según han indicado, la enfermedad "sigue muy presente" en el país, ya que en 2016 se diagnosticaron 3.366 nuevos casos, el 46% de forma tardía.

En la jornada, titulada "VIH ES: Ir más allá de la indetectabilidad. El papel de la enfermería en el manejo de la infección por VIH" han participado diferentes representantes sanitarios que desarrollan su trabajo con pacientes infectados.

Entre ellos, han destacado la enfermera Asunción García Gonzalo, del Hospital de Galdakao (Bizkaia), la representante del Comité Antisida de Bizkaia Marta Pastor y el doctor Francisco Rodríguez Arrondo, del Hospital del Hospital Universitario Donostia, de San Sebastián.

Los participantes en el encuentro han coincidido en que, en la actualidad, "con acceso a un tratamiento apropiado", los pacientes con VIH "pueden vivir casi tanto tiempo como la población en general".

Sin embargo, las investigaciones revelan que existe "un riesgo más elevado" de sufrir comorbilidades relacionadas con la propia patología, el tratamiento y la edad, "lo que significa que ayudar a conservar la salud a largo plazo debería ser la máxima prioridad a la hora de adoptar decisiones sobre tratamientos".

DIAGNÓSTICOS

Durante la reunión, celebrada durante la tarde de este pasado martes en Bilbao, bajo la organización de la compañía de investigación biofarmacéutica Gilead Sciences, se ha cifrado en 3.366 en número de nuevos diagnósticos de VIH recogidos en 2016, "lo que implica que la infección por VIH sigue muy presente en nuestro país".

El diagnóstico tardío, (un 46% de las nuevas infecciones) es, según los expertos, "uno de los problemas" a los que hacer frente "hoy en día". La mayoría se produce en hombres heterosexuales (61,1%) y mujeres (55,7%).

Los participantes en la reunión han debatido sobre "la necesidad de reconocer las enfermedades indicadoras y el posterior test para el VIH". Según han señalado, determinados estudios apuntan a la candidiasis esofágica, el síndrome debilitante y la neumonía por pneumocystis como "las afecciones definitorias de SIDA más comunes".

También han afirmado que existen estudios apuntan que "en una serie de especialidades", como urgencias, atención primaria, neurología y ginecología, en las que "pese a haber enfermedades definitorias de SIDA, no se recomendó el test del VIH".

Otro aspecto abordado ha sido lo "fundamental" que resulta para el paciente de VIH "que su equipo asistencial sea accesible", especialmente al inicio del tratamiento o en los cambios de medicación, por lo que han considerado que, en este punto, "cobra gran relevancia el papel de la enfermería". Según la enfermera del Hospital de Galdakao-Usansolo de Bizkaia, "la primera consulta que tiene el paciente VIH en el centro es con la enfermera".

Estas profesionales son las que hablan al paciente de la enfermedad, las vías de transmisión, cómo funcionan los protocolos en el hospital, y le informan del médico que se le ha asignado. Tras una analítica completa, "pasados 15 días se le cita con el médico para que le ponga el tratamiento pertinente".

Los participantes se han mostrado convencidos de que "es importante reflexionar sobre cómo se puede ir más allá del control virológico y abarcar las diferentes situaciones a las que se enfrenta el paciente", lo que "obliga a considerar la infección por VIH desde una nueva perspectiva".

Entre otros aspectos, se debe tener en cuenta que, en la actualidad, se ha convertido en una enfermedad de "evolución crónica", con "un aumento de la supervivencia". También han recordado que tiene un carácter de enfermedad inflamatoria sistémica "que conlleva a la afectación multiorgánica con diferentes comorbilidades, a la aparición de neoplasias no definitorias de SIDA y al envejecimiento prematuro de los pacientes".

"A medida que los pacientes con infección por VIH envejecen, determinadas comorbilidades como la diabetes, dislipemia, hipertensión arterial, eventos cardiovasculares, osteoporosis y disfunción renal son más prevalentes", han manifestado. Además, a partir de los 70 años pueden aparecer "diversos síndromes geriátricos como la fragilidad o el deterioro cognitivo".

La comorbilidades en el VIH se pueden evitar, según han señalado, "utilizando fármacos innovadores, eficaces, con menor toxicidad y en un solo comprimido", de manera que "contienen el régimen antiretroviral completo".

Los expertos creen "muy importante" que el paciente "aprenda a vivir con el VIH" y que sepa que "puede llevar una vida normal", para lo que resulta "fundamental el papel de la enfermería ". "Es imprescindible, para conseguir una buena calidad de vida, que haya una buena adherencia al tratamiento antirretroviral (TAR)", han reiterado.