'El Mariquelo' mira desde lo alto de Salamanca a su universidad, ocho veces centenaria

  • El folclorista Ángel Rufino de Haro, conocido como 'El Mariquelo', ha cumplido con la tradición de subir, cada 31 de octubre, a lo alto de la Catedral de Salamanca, un acto que le ha servido en esta ocasión para recordar a la Universidad de Salamanca (USAL) por la celebración de su octavo centenario, además de tener palabras de apoyo y cariño para los afectados por la esclerosis múltiple
'El Mariquelo' Este Miércoles En Lo Alto De La Catedral.
'El Mariquelo' Este Miércoles En Lo Alto De La Catedral.
EUROPA PRESS
'El Mariquelo' Este Miércoles En Lo Alto De La Catedral.

Un año más, en la víspera del Día de Todos los Santos, el folclorista ha subido a lo alto de la Torre de las Campanas de la seo salmantina, ante la presencia de centenares de lugareños y turistas, que se han concentrado en la Plaza de Anaya.

En esta ocasión, la comitiva de 'El Mariquelo' ha partido a las 09.30 horas del Puente Romano y, tras adentrarse por las calles Tentenecio, Veracruz y Libreros, ha llegado hasta el Patio de Escuelas, donde, como novedad, ha protagonizado un recital de cante y baile charro.

Una vez finalizado, el folclorista y el resto del séquito, formado por otros tamborileros y personas con el traje típico charro, ha continuado su recorrido por las calles Libreros, Meléndez, Corrillo y Rúa Mayor, hasta llegar al pie de la Catedral e iniciar la ascensión con la que se perpetúa la tradición de comprobar el estado de la seo salmantina tras el terremoto de Lisboa de 1755.

Rufino de Haro ha reconocido, instantes antes de iniciar la ascensión, sentirse "de maravilla" por poder continuar con una tradición, de la que él cogió el testigo hace 32 años y en la que, en esta ocasión, ha estado acompañado por grupos folclóricos de Andalucía, País Vasco, Cantabria, Extremadura y de las distintas provincias de Castilla y León.

'El Mariquelo' ha manifestado que cada año es "especial" y que, cada 31 de octubre, cuando cruza a caballo el Puente Romano, siente el "poderío" y la emoción de subir a lo alto de Torre de las Campanas.

Sobre si algún día podrá volver a ascender más arriba, hasta la bola o hasta la veleta, ha indicado que no tiene problema en hacerlo -en los últimos años no se lo han permitido por seguridad-. "De límite, el cielo", ha apuntado sobre su interés por mantener la tradición y llegar hasta donde le dejen.

TRADICIÓN

El conocido folclorista recuperó hace décadas una tradición religiosa que se había perdido y que se remonta al 31 de octubre de 1755. Entonces, tuvo lugar el conocido terremoto de Lisboa, que se dejó sentir en Salamanca con importantes consecuencias materiales.

Por suerte, con ese temblor no hubo que lamentar víctimas entre la ciudadanía, que se había refugiado mayoritariamente en el interior de la Catedral de Salamanca. Una buena noticia que según las autoridades religiosas del momento se debió a la providencia divina.

Así pues, el Cabildo Catedralicio promulgó un edicto en el que se decía que, todas las vísperas del Día de Todos los Santos, una persona subiría a tocar las campanas en acción de gracias y, en esa ascensión, mediría la inclinación de la Torre, que se había visto afectada por el temblor.

La familia que vivía en aquellos tiempos en el interior de la Catedral era conocida como 'Los Mariquelos' y fue la encargada de cumplir con el edicto religioso hasta 1976, cuando uno de sus descendientes cumplió por última vez con la promesa.

Posteriormente, nueve años después, en 1985, Ángel Rufino de Haro decidió recuperar la tradición, que se ha mantenido hasta la actualidad, un ascenso vestido con el traje charro y sus instrumentos de música tradicional para cantar una "charrada" desde lo alto del templo que capta cada año la mirada de cientos de personas.

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