Los españoles buscan otro 'adiós' a la vida: cada vez más personas optan por la incineración

Con el olor característico del clavel, la margarita y la rosa amanecieron ayer los camposantos de toda España. Y es que cientos de españoles se desplazaron a los cementerios con motivo del día de Todos los Santos para recordar a esos seres queridos que ya no están.

Los entierros, en concreto, siguen siendo la primera opción de los españoles a la hora de despedirse de la vida. Sin embargo, el informe Radiografía del sector funerario, elaborado por la asociación nacional que representa a las empresas del sector de los servicios funerarios Panasef, refleja un cambio de tendencia, ya que cifra en un 38,43% los españoles que optaron por la incineración en 2017, un porcentaje que estiman que aumente hasta el 60% en 2025.

En esta línea, el número de hornos crematorios ha seguido aumentando en el último año, pasando de 380 en 2016 a 404 en 2017. De esta forma, España sigue siendo el país europeo con mayor número de estos hornos que permiten realizar 1.704 incineraciones en una jornada laboral, frente a la demanda actual de 446.

El mismo estudio pone de manifiesto que el mercado funerario movió en España en 2017 más de 1.500 millones de euros, un coste que no solo lo compone la retribución a las empresas, sino que también incluye la prestación de servicios y productos.

En este sentido, una encuesta elaborada a casi 900 personas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) constata que el coste de los servicios funerarios en España supone entre 3.300 y 4.200 euros, lo que desconocen el 45% de los usuarios antes de tener que afrontarlo.

Según esa encuesta, en la actualidad, sigue siendo muy habitual contar con un seguro de decesos para gestionar los trámites y cubrir los gastos de todos los servicios funerarios, muy por encima del resto de países vecinos donde, según la OCU, estos seguro son prácticamente inexistentes. Sin embargo y desde el punto de vista económico, la organización desaconseja este tipo de seguros ya que, en ocasiones, "puede suponer hasta dos o tres veces más de lo que costaría un funeral abonado al contado".