Los jueces, normalmente, tienen que decidir si los delincuentes entran o no en prisión. Pero a veces, incluso tienen que ser quienes los detengan. Es lo que le ocurrió a R. W. Buzzard, un juez de Chehalis, una localidad al suroeste de Seattle (Washington, Estados Unidos). Dos delincuentes decidieron huir antes de su juicio y fue el magistrado el que salió a por ellos.
Los hechos ocurrieron el pasado día 16, cuando Tanner Jacobson, de 22 años, y Kodey Howard, de 28, iban a ser juzgados y se encontraban esposados enla sala de vistas. De repente, decidieron salir corriendo.
El juez Buzzard se dio cuenta de que no había nadie entre ellos y la calle, así que no dudó en quitarse la toga y salir tras ellos. Uno de los delincuentes tropezó y perdio un zapato, lo que lo hizo ralentizarse. Buzzard corrió tras ellos escaleras abajo mientras les recomendaba que no empeoraran las cosas.
Finalmente, uno de ellos logró salir pero el otro fue atrapado por Buzzard en la misma puerta. El que pudo salir fue detenido poco después.
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