El llavero de 240 euros de Balenciaga que copia con total descaro los clásicos ambientadores con forma de pino

La firma de lujo parisina saca una colección de llaveros que recuerda mucho a los clásicos ambientadores de pino.
La firma de lujo parisina saca una colección de llaveros que recuerda mucho a los clásicos ambientadores de pino.
BALENCIAGA
La firma de lujo parisina saca una colección de llaveros que recuerda mucho a los clásicos ambientadores de pino.

Balenciaga, de nuevo en el foco de la polémica por uno de sus diseños. Desde la llegada de Demna Gvasalia como director creativo, la firma se inspira en símbolos cotidianos y populares que reinterpreta a precios desorbitados.

La compañía Car-Freshner Corporation, que tiene los derechos de los ambientadores Little Trees desde 1952, ha presentado una demanda contra la maison por derechos de autor. Balenciaga ha creado unos llaveros que serían idénticos, incluso en los colores, a los famosos ambientadores con forma de arbolito que cuelgan de los retrovisores.

Muchas compañías han pedido permiso para usar la icónica silueta, como ha sido el caso de Kia Motors y Capital One, a las que se les otorgó licencias para usarla puntualmente. Dado que Balenciaga no tiene ninguna autorización, Car-Freshner Corporation exige una parte de las ganancias por las venta del llavero que cuesta 240 euros.

A la firma de lujo no parece importarle eso de 'inspirarse' en diseños que ya tienen derechos de autor. A principios de año, el creativo dijo a The Guardian: "¿Qué es una fuente de inspiración, una influencia y una copia? Las respuestas son difíciles de definir".

Cuando el copyright no existe o no importa

Ikea fue otro de los 'objetivos' de Gvasalia, quien creó en 2017 unas bolsas azules con asas que se parecían mucho a las Frakta del gigante sueco. La provocación funcionó porque el genio creativo de Balenciaga logró, una vez más, que todo el mundo hablase de ellos: para bien o para mal.

E Ikea respondió con su ironía característica, lanzando una campaña que venía a decir: "Las dos bolsas son iguales, pero la de Balenciaga cuesta más de 2.000 dólares y la nuestra 99 centavos".

El productor musical Swizz Beatz acusó unos meses después a Balenciaga de haber copiado la camisa producida por Ruff Ryder. En la prenda, la R había sido reemplazada por una B, y las palabras "Ruff Riders or Die" por "The Power of Dreams". Más tarde, Gvasalia respondió diciendo que su mirada era un "tributo".

Cuando se presentó la colección Resort18 de la firma llega una nueva querella, pero esta vez de parte de la compañía de recuerdos de Nueva York City Merch.

Tote bags y sudaderas de Balenciaga llevaban el print del skyline de la Gran Manzana creado por City Merch, que reclamó como compensación una parte de las ganancias obtenidas gracias al plagio. De poco o nada les sirvió porque únicamente consiguieron la retirada de productos del mercado estadounidense, pero no del internacional.

A Gvasalia le gusta subir el streestyle a la pasarela y si algo no está en la calle ya se encarga él de ponerlo de moda. La firma Vetements se hizo popular en 2015 cuando un hombre desfiló en París con una camiseta de DHL. ¿Cómo un logotipo tan prosaico podía osar estar en una pasarela asociada al lujo? El culpable fue Demna Gvasalia.

Modelos, bloggers, estilistas y fotógrafos convirtieron en Instagram aquella camiseta en un must. Incluso Ken Allen, el presidente de DHL, fue fotografiado con la camiseta amarillo chillón de Vetements. También originó memes en redes sociales por lo absurdo que resultaba.

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