Frank Cuesta: "En 20 años me veo muerto"

  • El aventurero se ha sumergido en el mundo del toro para tratar de comprenderlo, desde su oposición, pero también alejado de los animalistas.
Frank Cuesta, en una imagen reciente.
Frank Cuesta, en una imagen reciente.
JORGE PARÍS
Frank Cuesta, en una imagen reciente.

El herpetólogo Frank Cuesta es honesto y tan directo que a veces sus respuestas cortan el ambiente. Pero la sinceridad y la falta de prejuicios se agradecen en un mundo donde lo políticamente correcto está en auge. Quizá por eso era la persona ideal para hacer una serie documental sobre el mundo del toro. Este domingo se emite la tercera entrega de Wild Frank: Toros (DMAX a las 21.30 h), dedicada a los toreros.

¿Qué es lo más sorprendente de Wild Frank: Toros?

El programa no se basa en ir a una corrida de toros y decir "mira que malos son los toreros" y qué buenos somos el resto. El programa lo hemos dividido para desarrollar todo lo que hay antes de esos 20 minutos de la corrida de toros. Dónde vive el toro, quién vive del toro, qué pasa con él cuando muere, cómo llega a la plaza... cosas preconcebidas que hemos intentado desmontar. Gente como yo, que somos antitaurinos, hemos querido pelear porque se termine, pero contando la verdad. Yo mismo he dicho cosas que eran mentira y ahora me he tenido que arrepentir.

¿Se ha dulcificado su opinión sobre los toros?

No, había gente que me decía "has bajado el nivel de antitaurino" y no es verdad, nunca me he metido directamente con los toreros, hacen un trabajo que es legal y pagan sus impuestos. Siempre he dicho que hay gente que indirectamente vive del toro pero no le gusta ese mundo y tampoco se puede cargar contra ellos. Lo que ha cambiado sobre todo es saber qué hay dentro del mundo del toro y por qué hay gente que lo considera cultura y por qué personas que tienen un gran nivel intelectual consideran los toros algo bonito. Entender por qué a ellos les gusta es la clave, aunque a mi me siga sin gustar.

¿Por qué la gente no es capaz de ver que eso es posible?

Porque nos hemos vuelto muy egoístas, o eres del Madrid, o del Barcelona, de izquierdas o de derechas. ¿El torero es un asesino? No. ¿Es un matador de toros? Sí. Es la hipocresía de lo que es la realidad de la vida. Se matan 25.000 toros al año, a lo mejor, pero lo mismo se matan 2,5 millones de vacas al año para consumo y las vacas viven en condiciones pésimas. Y usamos cuero, nos hacemos tatuajes... y casi todo proviene de la muerte de un animal.

¿Es lícita esa dualidad de ser antitaurino y consumir productos animales?

Yo como productos animales y soy antitaurino. No puedo entender el mundo como lo hacen los animalistas. Yo vivo en un mundo real en el que entiendo la ecología y la naturaleza y el funcionamiento del mundo. Un animalista pretende poner al mismo nivel a los animales y las personas y no se puede, nos guste o no, somos el animal que está arriba del todo del ciclo. Por tener un cerebro y haber comido carne durante miles de años tenemos un cerebro desarrollado y estamos ahí arriba. Un vegano tendrá muchas más razones para estar en contra de los toros que un tío que no sea vegano. Ellos por lo menos tratan de no usar ningún producto animal. Yo soy antianimalista porque me parece una moda de ciudad. Hay que salir al campo y ver lo que hay.

¿Deben abolirse los toros? ¿Se abolirán alguna vez?

Los toros irán desapareciendo por la dejadez de la gente, por una cuestión generacional, porque muchas tradiciones se abandonan, más que porque la gente esté en contra. La gente irá dejando de ir a los toros y cuando no sea rentable irán desapareciendo. Haría falta al menos un período de diez años o más para abolirlos, para hacer reconversiones de las dehesas, por ejemplo, que son centros naturales donde viven otras especies y para tener en cuenta el empleo indirecto, como transportistas, caterings y demás empresas que trabajan en torno a este mundo.

¿Qué dice de España que aquí haya toros?

Pues se nos conoce mucho por eso y hay muchos extranjeros que tienen curiosidad por verlo. En el programa podemos ver a unos chavales americanos que vienen para eso y que dicen que no les gusta, pero que quieren ver cómo es. ¿Quién no ha intentado ligar con una sueca diciendo ser torero? Aún así, ¿es malo en el 2018, es una brutalidad? Sí.

¿Por qué está en auge lo antitaurino?

Porque hace 25 años se estaba luchando por los derechos de los negros, de los homosexuales, de las mujeres... y cuando se va consiguiendo eso la gente activista puso el ímpetu en los animales. Es algo generacional. Cuando se consiga abolir esto vendrá una nueva moda. El activismo una vez que se consiga lo humano irá por modas.

Ha tratado también con antitaurinos. ¿Hay más tolerancia entre los taurinos hacia sus detractores que entre los antitaurinos hacia los que apoyan el toro?

Los taurinos, por mucho que digan, son gente muy educada y hay veterinarios, biólogos... y ellos no se preocupan de los antitaurinos, les dicen que hagan lo que quieran pero que les permitan seguir con su negocio y su vida. Si les tocas las narices... si estás en una corrida y te saltan a la plaza te fastidian tu trabajo, un trabajo legal, que mueve 1.600 millones al año... y los que saltan se ponen en peligro a sí mismos.

¿Y los energúmenos que hemos visto agrediendo a animalistas?

Esos son muy pocos. Hay dos tipos de animalistas, el que se pasa el mundo buscando soluciones para cambiar el mundo, que son los buenos y luego están los key warriors, los que están en internet tocándole las pelotas a cualquiera que diga algo contrario a lo que ellos piensan, pero que nunca se ensucian los pies. Y luego están los que piensan que hay que ser más agresivos, saltar a una plaza de toros, salir en la televisión...

¿No se salva ninguno?

Hay muchos activistas que merecen mi respeto porque son capaces de hablar con un taurino, por ejemplo. Hay que saber convivir con la gente y entender que ésto no es el mundo de Bambi. La naturaleza es dura, es injusta y es muy sucia. Intentar cambiar eso no es posible.

¿Le molesta que se le pongan en duda su compromiso?

Sí, pero eso siempre te lo vas a encontrar. A mí me llaman cuñado y me han dado lecciones desde su casa, desde una computadora. Serán gente que no tiene nada que hacer en todo el día y que después de mí se meterán con Pedro Piqueras o con Bisbal. Están para eso: para criticar.

¿Cuál fue el primer animal del que se ocupó?

Serpientes, sobre todo. A los ocho años encontré una vívora a la que había pisado una bicicleta y la tuve casi un año. Iba al Puente Villarente a coger ranas para dárselas. Luego me mordió esa hija de...

No fue una excepción, las serpientes tienen tendencia a darle bocados a usted... ¿Se acostumbra uno a eso?

No, nunca. Siempre que me han mordido es porque estábamos haciendo tele y eso siempre es más tensión. Pero en el día a día es difícil que te muerdan, porque estás a lo que estás y no pendiente de una cámara.

¿Le caen mejor los animales que las personas?

No, no. A mí me gustan las personas porque soy humano, pero veo a ciertos animales muy desprotegidos y les intento ayudar. Cada uno que ayude al mundo como puedo, yo hago mi parte.

Cuando conoce a alguien, ¿cómo se presenta?

Como un entrenador de tenis al que le gustan los bichos. Lo miso que pone en mi Twitter.

Casi siempre le llamamos herpetólogo y presentador...

No presumo de nada de eso, aunque trabajo como herpetólogo y veterinario y presentador... realmente sólo grabo cuatro meses al año.

¿Ha aportado mucho su trabajo televisivo a la causa?

Mucho, cuando llegan los emails de chavales diciendo que han sacado una serpiente y que en lugar de matarla la han liberado... hace poco un chaval joven de Alicante me escribió porque había visto mapaches en la sierra y acabó llamando al Seprona y pudieron sacarlos de allí. Los programas han ayudado mucho a la gente joven. Hay mucha más concienciación.

¿Dónde se ve en 20 años?

Muerto, seguro.

¿Por qué?

Porque no quiero ser viejo. Si estoy mal de dinero y sé que me voy a morir le digo a mis hijos: "que me coma un león y vendéis el vídeo" (bromea). Vivo como Rambo: día a día.

Mucha gente le pide a usted selfies, ¿con quién se haría usted uno?

Con Félix Rodríguez de la fuente. Tengo todos los libros.

Frank contra Halloween

En una aventura sin precedentes en la historia de Wild Frank, el herpetólogo viaja a Transilvania, el hogar del conde Drácula, para vivir la celebración de Halloween (miércoles 31 de octubre, a las 22.20 horas). Frank dormirá en el antiguo hogar del mítico personaje.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento