Búhos contra 'runners': ataques diarios en Portland

  • El búho barrado puede alcanzar los 60 centímetros de longitud y hasta un metro y medio de envergadura.
  • Este ave, a pesar de su tamaño, anida sin problemas en zonas urbanas.
Imagen de un búho en pleno vuelo por tierras de Laponia, en Finlandia.
Imagen de un búho en pleno vuelo por tierras de Laponia, en Finlandia.
GTRES
Imagen de un búho en pleno vuelo por tierras de Laponia, en Finlandia.

En la lluviosa ciudad de Portland (Oregon, Estados Unidos) las personas que salen a correr y se internan en las espesas arboledas se enfrentan a un insólito peligro: los ataques de búhos.

En muchos casos, los atacados dijeron haber sentido "un fuerte golpe en la cabeza" o incluso acabaron con profundos arañazos provocados por las garras del ave. Y no es para menos; el búho barrado (Strix varia) puede llegar a pesar un kilo y alcanzar el metro y medio de envergadura con las alas extendidas, y está dotado de uñas muy afiladas que utiliza para cazar. Además, es un ave de vuelo rápido y, sobre todo, extremadamente silenciosa.

Bob Sallinger, director de conservación de la sociedad Audubon de Portland, enfocada en el estudio de las aves y los árboles de la ciudad, explica que aún se desconoce el motivo de los ataques, pero sí se sabe que atacan sobre todo a corredores, a primera o última hora del día y, muy especialmente, a personas con el pelo recogido en coleta, lo que da pie a la hipótesis de que las rapaces tratan de "proteger sus nidos" al confundir las coletas en movimiendo con ardillas y otros animales.

Según Salinger, estos ataques, que casi cada día sorprenden a más de un corredor, provocan una ansiedad comparable a la que sufrían los protagonistas de la película "Los Pájaros" de Alfred Hitchcock.

Portland Audubon advierte, además, de que no existe una solución sencilla al problema, pues el búho barrado está muy extendido por todo el estado, incluyendo las zonas urbanas. Como prevención, no obstante, recomiendan llevar un palo a modo de antena, sobre la cabeza, de manera que las garras del ave no puedan alcanzar el cuero cabelludo.

La ciudad está tomando conciencia del problema y tomando medidas, colocando señales que advierten de la presencia de búhos y de los peligros de las carreras crepusculares. Además, las autoridades previenen de transitar los bosques urbanos en los que el búho barrado prolifera y sugieren evitar el uso de auriculares para poder estar alerta.

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