Constantin Vananu (rumano de 20 años) permanece detenido por la Policía pendiente del juicio por la muerte de su novia, Alexandra Brezeanu, también de origen rumano y de 22 años, el pasado 23 de enero. El joven se declaró culpable de haberla quemado viva.
Pero el historial delictivo del joven comenzó mucho antes, como cabecilla de una banda de 23 rumanos acusados de haber cometido más de 60 robos por la técnica del butrón (consistente en abrir agujeros en paredes o techos) en locales y viviendas de toda España. La Guardia Civil detuvo ayer a sus integrantes (22 hombres y una mujer), la mayoría asentados en localidades del Corredor del Henares. Para cometer sus robos, la banda se distribuía en grupos de 4 ó 5 personas que, después de realizar un reconocimiento del lugar elegido, accedían a través de un butrón o forzando las puertas con palancas.
Después emprendían la huida.
La hermana de Alexandra, cuando vino a España a reconocer su cadáver, afirmó conocer a Constantin. «Él parecía un buen chico. Nunca les vi discutir», aseguró.
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