El suceso del pasado sábado en Santa Catalina, cuando varios jóvenes entraron en un edificio y rompieron un extintor en la puerta de un vecino, han hecho saltar las alarmas. El Ayuntamiento ha abierto una investigación pero, según los afectados, no es la primera vez que ocurre.

«El pasado fin de semana de carnaval nos ponían petardos en las ventanas. Los que primero beben juntos después se enzarzan en tremendas peleas. A veces hay hasta sangre en la calle. Cualquier día va a pasar algo muy gordo», explica Beatriz, vecina de la plaza del Humor. Ella, como tantos otros vecinos, cree que la Policía incluso tiene miedo a enfrentarse a ellos. «Son cuatro frente a miles», afirma.

Pero no son los únicos. En el Orzán, según la presidenta vecinal, Aure López, se meten en los portales y suben a los balcones de las casas cada fin de semana.

Hoy habrá reunión

Los residentes de la plaza del Humor celebrarán esta tarde una reunión para analizar si presentan alegaciones a la ordenanza contra el botellón que el Gobierno local aprobará en marzo. Aunque en un principio no iban a alegar la normativa, los problemas cada vez más graves de la movida les han hecho barajar esta posibilidad. «Hemos soportado los carnavales estoicamente y no queremos que nos tomen el pelo. Hace falta un mayor control porque esto se desmadra», afirman los vecinos.