Los agentes, según ha informado la Guardia Civil, localizaron trampas denominadas 'costillas' que habían sido instaladas en unaexplotación agrícola para la captura de aves silvestres. Además, durante la inspección de los lindazos y ribazos detectaron las artes de caza prohibidas que se hallaban instaladas en el interior de arbustos, conocidos como cornicabras (Pistacia-terebinthus), concretamente, sobre los tallos de la vegetación y camufladas en su interior.

Establecido el oportuno dispositivo de apostadero se sorprendió al inculpado cuando revisaba las trampas y llevando un bote de cristal en el que llevaba los cebos. Además, se pudo recuperar un mirlo común (Turdus merula) y dos currucas capirotadas (Sylvia atricapilla).

Los agentes, con la colaboración del inculpado, procedieron aretirar el resto de trampas, hallándose otras ocho costillas, contiguas a las cinco ya localizadas. Así se pudieron recuperar cuatro currucas capirotadas (Sylvia atricapilla), un carricero común(Acrocephalus scirpaceus) y un mirlo común (Turdus merula).

Todas las aves intervenidas han sido entregadas en la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía en Jaén para la alimentación de las especies silvestres albergadas en el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) del Quiebrajano.