Sergio Dalma: "Sería aburrido si sólo me dedicara a cantar baladas"

  • "Cuando termino de promocionar un disco suelo desaparecer".
  • "Parecía una locura buscar para Dalma un productor de rock".
  • "Si no hubiera sido cantante me habría dedicado a los vinos".
El cantante Sergio Dalma con su nueva imagen. (Zipi / EFE).
El cantante Sergio Dalma con su nueva imagen. (Zipi / EFE).
Zipi / EFE
El cantante Sergio Dalma con su nueva imagen. (Zipi / EFE).
Habla en primera persona del plural, porque siempre tiene a su equipo muy presente. Su nuevo disco, A buena hora, ha supuesto, además de un esperadísimo regreso, un cambio importante en la trayectoria de este catalán que se hace llamar Sergio Dalma. Ha decidido enseñar sus 43 años, por dentro y por fuera. Y sin perder su estilo de toda la vida, el 'toque Dalma'.


Está estos días que no para...

Cuando estás de promoción intentas llegar a todo. No es como antes, que a lo mejor hacías dos o tres programas de radio, televisión y algo de prensa y la gente enseguida sabía que estabas ahí. Ahora hay mucha diversidad de medios y para hacer un poco de ruido hay que trabajar el triple.
¿Y no le da pereza después de tanto tiempo?

Al contrario, lo echaba de menos. Necesito mucha actividad, y en la compañía lo saben. No sólo me gusta subir al escenario; además, la promoción es clave, si no comparto con el público mi disco, nada tiene sentido.
Pero usted no es muy amigo de los medios.

Cuando termino mi gira y de promocionar mi disco tengo la costumbre de desaparecer, de disfrutar un poco de mi vida y preparar un nuevo trabajo.
Su cambio de look le ha hecho la publicidad del disco...

Mis padres son muy canosos, y yo sabía que tarde o temprano llegaría...
No estaba estudiado. Mis padres son muy canosos y yo sabía que tarde o temprano llegaría (risas). Pero siempre me he mostrado como soy, y es verdad que ahora ha impactado mucho porque antes llevaba el pelo más largo. Aunque tener canas con 43 años es normal.

Pero, en su trabajo, llamar la atención es bueno.

A mí me ha gustado llamar la atención siempre con mi trabajo y empezando de cero con cada disco. Y a lo mejor esa mentalidad me ha ayudado a llegar hasta aquí. Me gusta romperme la cabeza para cambiar el sonido o para que las letras sigan hablando del amor y el desamor pero desde otra óptica. Pero luego, claro, si te hacen unas fotos y te has hecho un cambio de imagen, se habla de ello. Yo creo que un cantante tiene que vender su voz. Que sea alto, bajo, rubio o con ojos azules, son cosas añadidas.

Dice que ha intentado abandonar el estilo italiano, ¿lo ha conseguido?

Siempre he trabajado con mucha gente italiana. Y es verdad que mi voz es muy mediterránea y muchas de mis canciones son muy Dalma. Las han escrito así para mí. Pero es que la identidad, la forma y el corte de los temas tienen que estar ahí. Lo que importa es como los vistes y los produces.
¿Por qué no ha cantado Meravigliosa Creatura en italiano?

Porque es una adaptación para un público de habla hispana. Mucha gente la conoce del spot de publicidad, en italiano, y hubo un momento en el que pensamos ponerla en el disco en los dos idiomas. Pero lo descartamos, porque mi trabajo anterior ya había sido un zafarrancho de versiones...
El productor que ha escogido, John Brion, es de rock.

La banda que llevo ha formado parte de grupos legendarios de rock
Teníamos muy claro el sonido que queríamos, y cuando contactamos con él vimos que estaba de acuerdo. Además, parte de la banda que yo llevo ha formado parte de grupos legendarios del rock español. Al final hablamos de música, que es lo que cuenta.
¿Cómo decidió ir a grabar a EE.UU.?

Nunca se había planteado la posibilidad antes, pero lo que yo buscaba era un productor que viera este disco como yo. Contactamos con él a través de unos amigos. Con 36 años ha ganado 11 grammys.
Pero rock y Sergio Dalma no pegan mucho...

Parecía una locura, pero pensamos que podría tener un buen resultado, o al menos un sonido nuevo. Pero en el otro lado estaba Jacobo Calderon, que ha aportado la continuidad de ese Sergio Dalma de siempre.
¿Se considera un baladista?

Nunca me ha gustado poner etiquetas. Siempre hemos hecho pop, lo que pasa es que desde ese primer disco ‘Esa chica es mía' hemos intentado que todo estuviera equilibrado. Allí había, por ejemplo, un
Bailar pegados y un
Galilea... y en
A buena hora, igual. Quizá la gente se identifica más con las baladas, pero cuando yo preparo un disco pienso mucho en los conciertos, sería aburrido todo a base de baladas.
¿Con quién le gustaría ir de gira?

Sería una locura poder hacer un dueto con Zucchero
Nunca me planteo esto. Pero, por ejemplo, para mí Zucchero es uno de mis referentes. Yo, antes de ser Sergio Dalma lo último que hacía en una sala de fiestas era cantar música de los años 60, y empecé a cantar temas de Zucchero antes de que aquí fuera conocido. Y si se presenta la posibilidad de hacer un dueto, sería una locura.
Ha grabado con Carmen Paris, ¿se ha sentido cómodo?

Nos conocíamos desde hace tiempo. El año pasado grabamos una canción con una orquesta sinfónica y hubo tan buen rollo que me dije, pues grabo con ella otra vez. Es la antítesis de lo que yo hago, pero las voces han empastado muy bien.

¿Tiene alguna pasión secreta?

Me gustan mucho los vinos. Si no hubiera sido cantante me habría dedicado a eso. Además, cuando viajo mi turismo es gastronómico. Lo que intentas con el paso del tiempo es disfrutar de cada momento, y este trabajo te lo permite, porque viajas, conoces gente, lugares, etc.
¿Invierte en vino o sólo lo disfruta?

Yo soy de los que digo 'que lo hagan otros'. Si hay un vino tinto que me vuelve loco es el de Lluis Llach,
Vall Llach, es un vinazo. No entiendo mucho, pero me gusta cada vez más.

¿Admira a cantantes como Llach o Serrat?

Saber envejecer a nivel personal y profesional es de admirar
Si, por proximidad. Y ver cómo una persona sabe envejecer a nivel personal y profesional como esta gente es de admirar. Son gente que cantando en su lengua materna, el catalán, llegar donde han llegado...
Porque usted el catalán lo da en pildoritas...

Al principio de mi carrera entendimos que había que dirigirse al público en castellano, pero te das cuenta con el tiempo de que hay un asignatura pendiente. Al pertenecer a una multinacional se hace complicado, pero, por ejemplo,
Dejame olvidarte, que canté en catalán, fue premio de la música. Siempre hago una o dos versiones.

¿Su público ha cambiado con usted?

Hemos crecido. Yo empecé de adolescente para ellos y tener esa conexión ha sido una de las claves. Me encanta cuando en los conciertos, aquellas niñas que venían con su noviete, ahora te vienen con el hijo para que les firmes. Es lo mejor que le puede pasar a un artista.
Porque ahora la música es más efímera...

Si, oyes a los críos decir es que quiero ser famoso. Qué pena.
Usted canta más que compone.

Si hay algo que no es mío y me gusta, lo defiendo igual
En este disco no he compuesto nada. Aunque siempre escribo cosas, lo que pasa es que si lo que hago no está a la altura del resto del disco.... Y si hay algo que no es mío y me gusta, lo defiendo como si fuera mío.
¿Cómo ve la música española?

Se tienen que dar más oportunidades a la gente. Pero pienso que se está volviendo a trabajar como antes, al estilo de la vieja escuela, intentado hacer carreras como es debido.
¿Cuál es el último concierto al que ha ido?

Ví uno hace poco de Seal en París que me encacntó. Y, por supuesto, el de Zucchero en el Royal Albert Hall...
BIO. Nació en 1964 en Sabadell. Su nombre real es Josep Capdevilla Querol. Sus comienzos trancurrieron entre orquestas y spots de televisión, y le hicieron abandonar la carrera de Filología Románica. Además de admirar a Zucchero, le gusta escuchar a Sting o Al Jarreau. Cree que escuchar música "es necesario". Y le gusta tanto como el vino.
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