El tercer vertido del barco chatarrero ‘New Flame' ha obligado a los equipos de limpieza españoles a retirar veinte metros cúbicos de residuos de las playas algecireñas. Las alarmas volvieron a saltar ayer por la tarde, cuando desde el Centro de Coordinación de Emergencias del 112 se informaba de que manchas de hidrocarburo comenzaban a acercarse al litoral.

Aunque el Gobierno de Gibraltar ha negado que el vertido proceda del chatarrero, la Junta de Andalucía ha asegurado que tiene pruebas que confirman lo contrario. Por ello, se han anunciado la adopción de una serie de medidas, la principal, es la llamada por parte del Gobierno central del embajador británico en Madrid.

El ejecutivo andaluz, por su parte, pedirá a la UE que intervenga en la situación generada por el 'New Flame' y demandará a la aseguradora y al armador del buque. Los alcaldes de Algeciras y La Línea de la Concepción también adoptarán medidas legales contra las autoridades del Peñón. De hecho, el consistorio

El nuevo vertido se ha debido al fuerte temporal de levante que una vez más ha movido el barco y ha terminado sepultándolo en el fondo marino. El navío porta 42.000 toneladas de chatarra, cuya naturaleza se desconoce.

Dispositivo

En estos momentos trabajan en la zona 55 técnicos de las empresas Tragsa (dependiente del Ministerio de Medio Ambiente); Egmasa, de la Junta de Andalucía, y operarios del Ayuntamiento de Algeciras.

La consejera andaluza de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, ha afirmado que, aunque se han detectado manchas de fuel en otra playa de la ciudad, en Getares, no se ha visto afectado por la contaminación el cercano Parque Natural del Estrecho.

Esta mañana ya se había limpiado la mitad de la superficie manchada por el combustible, unos 500 metros.

Colea desde hace seis meses

El ‘New Flame' encalló en la Bahía de Algeciras, en aguas que están bajo la jurisdicción de Gibraltar, el pasado 12 de agosto.

Desde entonces, el Gobierno de Gibraltar ha presentado varios planes de actuación para lograr el rescate del navío, aunque los retrasos en el operativo han provocado que los temporales de este invierno hayan terminado por romper el barco en dos y hundirlo. Ahora sólo se ve la chimenea y el mástil.

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