Sobrevivir al yihadismo: tres afectados narran sus experiencias

  • Una víctima del Boko Haram, un superviviente de un atentado yihadista y un misionero encarcelado, cuentan a 20Minutos sus impresiones.
  • Estas tres entrevistas se realizaron en el congreso WeAren2018 celebrado en Madrid este fin de semana.
El superviviente de un atentado yihadista Frederick Gitonga, Rebecca Britus, afectada por Boko Haram y el misionero encarcelado Petr Jasek.
El superviviente de un atentado yihadista Frederick Gitonga, Rebecca Britus, afectada por Boko Haram y el misionero encarcelado Petr Jasek.
ONG Más Libres
El superviviente de un atentado yihadista Frederick Gitonga, Rebecca Britus, afectada por Boko Haram y el misionero encarcelado Petr Jasek.

El terrorismo yihadista es la consecuencia violenta del islam más radical, una lacra presente en todo el mundo. Varias personas que han convivido con esta porción minoritaria religiosa contaron su historia este fin de semana en el congreso WeAreN2018, organizado en Madrid por la ONG Más Libres.

Tres afectados explicaron sus sensaciones a 20Minutos. Dos de ellos son africanos, Rebbeca Britus, una mujer nigeriana secuestrada y violada por el Boko Haram y Fredrick Gitonga, un superviviente de un atentado en una universidad de Kenia, donde murieron 147 personas.

El otro es Petr Jasek, un misionero checo que fue encarcelado por sus acciones solidarias y que compartió celda con varios yihadistas, entre ellos, un lugarteniente de Bin Laden.

La superviviente del Boko Haram, Rebbeca Britus, mujer nigeriana que fue secuestrada y violada por esta banda terrorista.
La superviviente del Boko Haram, Rebbeca Britus, mujer nigeriana que fue secuestrada y violada por esta banda terrorista.

Rebbeca Britus: "Mataron a mi hijo pequeño porque intenté que no me violaran"

Rebbeca Britus es una mujer en 1988 en Nigeria. Con 26 años, estando casada y siendo madre de dos hijos, fue secuestrada por la banda terrorista yihadista Boko Haram. Durante dos años, sufrió humillaciones físicas y morales. Fue obligada a ser su esclava sexual, llegando a tener un hijo de una violación. Sin embargo, no dejo que le destrozaran la vida, consiguió escapar y aprendió a querer a ese hijo.

¿Cómo se sobrevive al Boko Haram?

Fue muy difícil. Sin la gracia de Dios no hubiera sido posible vivir esos días que estuve secuestrada, el gobierno pasó completamente de nosotros.

¿Cómo fue el momento de su secuestro?

Cuando el Boko Haram llegó a mi comunidad, estuvieron matando a todo el mundo. Eran las cinco de la tarde, a mi me taparon la cara y me llevaron. Yo no sabía a donde íbamos.

Fue terrible. Yo intenté huir, busqué como pude que no me tocasen. Rabiosos por esa negativa cogieron a mi hijo y le mataron tirandole al río. Ya en el campamento me forzaron a casarme con un soldado. Todo esto ocurrió muy rápido, mi vida cambio completamente en menos de 24 horas.

¿Cómo eran tratadas durante esos días?

No fue para nada una experiencia agradable. Tuve que ver como los soldados dormían con las mujeres de mis amigos, como las violaban. Es muy complicado vivirlo sin derrumbarse.

¿Superará Nigeria a Boko Haram?

Boko Haram está bien establecido, no va a ser fácil echarlos. El Gobierno alguna vez ha intentado hacer algo pero siempre se han escapado refugiándose en el bosque. Puede que se acaben cambiando de zona en una de esas maniobras, pero siguen estando ahí.

El superviviente de un atentado de la Universidad de Garissa, de Kenia, Frederick Gitonga (el de la derecha), donde murieron 147 personas.
El superviviente de un atentado de la Universidad de Garissa, de Kenia, Frederick Gitonga (el de la derecha), donde murieron 147 personas.

Frederick Gitonga: "Tuve que pasar por encima de los cuerpos de mis amigos"

Frederick Gitonga es un joven de 22 años nacido en Kenia. En 2015 sufrió el atentado de la Universidad de Garissa, de mayoría católica. Un grupo yihadista entró en la universidad y mató a 147 personas. Gitonga sobrevivió escondiéndose debajo de su cama.

¿Qué piensa cuando recuerda ese día en Garissa?

Pienso en que vivíamos como una familia, eramos todos amigos. El recuerdo más doloroso que me queda de ese día es haber tenido que pisar por encima de sus cuerpos muertos, tener que ver los cadáveres de mis compañeros ensangrentados.

¿Qué consecuencias le ha dejado?

Tengo mucho más amor. Doy gracias a Dios porque me pude salvar. Yo estaba en la habitación donde atacaron a todos los estudiantes, gracias a que me escondí debajo de la cama me pude salvar.

¿Por qué quisieron entrar en su universidad?

Hay diferentes teorías. La mía es que era una universidad pública donde el 95% de los estudiantes son católicos. Yo era el líder de un grupo religioso que crecía muy rápido y que estaba teniendo mucha influencia. A los yihadistas les dio miedo que influenciáramos a ese 5% de musulmanes. Garissa, la ciudad donde está la universidad, está muy cerca de Somalia, de donde era el grupo yihadista Al Shabab,

Ellos odiaban a los cristianos, y como vieron que en la universidad había tanta influencia católica, quisieron asustarnos y meternos miedo para que dejáramos de ser cristianos.

¿Les guarda rencor?

No, lo he querido olvidar, les he perdonado. Yo soy cristiano y mi religión es humildad y amor. Naturalmente que les perdonó de corazón. Si tuviera la oportunidad de hablarles, les diría que están equivocados, que no van por el camino correcto. Esa no es la manera de solucionar el problema.

Un cooperante checo, Petr Jasek, que compartió celda con un lugarteniente de Bin Laden.
Un cooperante checo, Petr Jasek, que compartió celda con un lugarteniente de Bin Laden.

Petr Jasek: "Cada día no sabía si sería atacado"

Petr Jasek es un misionero que nació en República Checa en 1963. En 2015 fue arrestado en Sudán cuando se reunió con cristianos de la zona. En 2017, dos años después, entró en la cárcel condenado por espionaje a cadena perpetua. Allí tuvo 445 días de cautiverio. En ese tiempo compartió celda con varios yihadistas, entre ellos, un lugarteniente de Bin Laden.

¿Cómo fueron sus primeros días en Sudán?

Fui a Sudán a cubrir unos procesos judiciales. Ya conocía la persecución religiosa que se vivía en este país. En un principio ya note que me seguía la policía secreta, y acerté. Yo organizaba las reuniones de trabajo en sitios concurridos para que no se me escuchase, pero aún así la policía secreta no paraba de estar nuestro. Yo fui para cuatro días, pero todo cambió en el último.

Cuando ya estaba en el aeropuerto para volver, con el billete del vuelo en la mano, me detuvieron.  Yo decía que estaba haciendo entrevistas, pero ellos me mostraron todas las fotos de las reuniones que supuestamente confirmaban mi actividad ilegal.

¿Que ocurrió después de que le detuvieran?

Me confiscaron todo el equipo que yo tenía, el ordenador, la cámara... Entonces me llevaron a la comisaría de policía donde me interrogaron durante 24 horas. Me arrestaron, y a los cuatro meses me llevaron a juicio donde me dijeron  que estaba acusado de infringir siete artículos, entre los que estaban instigar guerra a Sudán, cosa que yo no había hecho. El juicio duro catorce meses, y fui condenado a prisión incondicional. 445 días después, conseguí salir de la cárcel por un perdón presidencial.

¿Está influenciado el gobierno de Sudán por los yihadistas?

En mi primera celda, estuve con miembros del Estado Islámico. El gobierno de Sudán está en contra de los yihadistas porque se sienten amenazados por ellos. El Estado Islámico quiere echarles e instaurar el califato. La situación en Sudán es muy particular porque tienes en la cárcel a cristianos perseguidos junto con miembros del ISIS. La Policía de Sudán llega a tratar con más dureza a los cristianos que a los radicales.

¿Cómo fue compartir celda con un lugarteniente de Bin Laden?

Mi recuerdo más nítido fue convivir con los extremistas religiosos. Llegue a conocer sus pensamientos de una forma muy profunda. No fue una época fácil, cuando conocí al guardia de Bin Laden estaba al límite de mi resistencia física y moral. Cada día tenía la incertidumbre de saber si sería atacado. Pero claro, las prisiones emocionales, el no saber nada de tu familia, fue más duro que cualquier dolor físico. Fui cambiado cinco veces de cárcel, y pasaba de condiciones malas a peores.

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