El concejal de Urbanismo y Medio Ambiente de Granada, Miguel Ángel Fernández Madrid, ha defendido en comparecencia de prensa "la prioridad" absoluta del equipo de gobierno de "mantener, respetar y conservar" la vegetación existente en la zona para lo que ha dado "instrucciones expresas" a Emasagra, empresa responsable de las obras, para "evitar los más mínimos daños a los árboles existentes".

Tras asegurar que la intervención en las zonas ajardinadas permitirá homogeneizar y mejorar la vegetación existente en la zona, Miguel Ángel Fernández Madrid ha destacado que "sólo se van a eliminar, para sustituirlos por otros de mayor calibre vegetal", los árboles que "perjudiquen la red de saneamiento y suministro de agua".

En esos casos, el Ayuntamiento de Granada ha previsto la supervisión en las obras de un ingeniero forestal que "sopesará en cada momento" los daños ocasionados con la apertura de cada zanja en las raíces de los árboles, de tal manera que, "en aquellos casos que se pueda poner en peligro el ejemplar se procederá a descalzar el ejemplar afectado y mantenerlo".

Fernández Madrid ha recordado que el proyecto de transformación de la antigua Carretera de Málaga, cuya ejecución se prevé en dos fases, de las que en la actualidad se está abordando, con un presupuesto de 1.083.876 euros, el tramo comprendido entre el puente Zarabanda y el bulevar de la Encina, responde a una "reivindicación vecinal histórica", pero también a "la necesidad perentoria" de mejorar la red de saneamiento y suministro de agua "muy deteriorada" por su antigüedad.

Según ha explicado el director de planificación, proyectos y obras de Emasagra, Alejandro Muñoz, su mal estado se debe tanto a la antigüedad de las canalizaciones como a los daños ocasionados por las raíces de algunos árboles en las tuberías, que han provocado "falta de estanqueidad en las juntas de canalización, llegando, incluso, a provocar en períodos de lluvia inundaciones de bajos y locales de las zonas colindantes".

El proyecto de remodelación de la antigua Carretera de Málaga contempla la reordenación de las zonas ajardinadas que pasarán a contar con alcorques de "dimensiones bastante generosas" de 1,5 por 1,5 metros, "mucho más amplio que en otros puntos de la ciudad", ha puntualizado Muñoz, y la plantación de 29 nuevos ejemplares de árboles.