El perro adiestrado se ha convertido en un arma policial infalible para combatir la inseguridad en las calles. Y tal y como están las cosas en Bilbao, sobre todo las noches del fin de semana, el Ayuntamiento ha decidido reforzar la vigilancia policial con estos animales.

La Unidad Canina de la Policía Municipal sacará de noche a las calles, a partir de junio, entre seis y nueve perros adiestrados. «Ahora salen entre tres y seis; y hemos comprado cuatro más», explica el jefe de esta unidad de la Policía Local.

Así que el número total de efectivos caninos de esta unidad de apoyo se incrementará hasta alcanzar los 25. Nunca la Unidad Canina de Bilbao había dispuesto de tantos perros adiestrados.

Y el motivo es porque las labores policiales se amontonan. El botellón obligó a los agentes en 2007 a llevar a cabo 14 actuaciones cada fin de semana ;y las peleas nocturnas, –57 intervenciones el año pasado– y los navajeros –103 cuchillos incautados– se incrementan.

Los 54 efectivos policiales de esta unidad también cubren la vigilancia en la zona comercial de Abando e Indautxu, el barrio de San Francisco, así como cualquier otra actividad para las que se les requiera.

«En los comercios han dado muy buen resultado; el perro da una imagen de mucha seguridad», dice el responsable.

UN ADIESTRAMIENTO PAULATINO

Una empresa vizcaína suministra al Ayuntamiento de Bilbao los perros adiestrados. A la Policía Local llegan con «los seis toques de obediencia», es decir, los canes cumplen las órdenes básicas para pararse, sentarse, tumbarse o estar en alerta. Todo lo demás lo deben aprender de los propios agentes de la Policía.

El primer nivel, que suele durar unos dos meses, es el de afianzar la relación entre perro-agente. El policía se lleva al can al monte, lo saca por las calles... Después de ese tiempo, podrá estar con otro agente. No siempre sale bien y, de hecho, se han tenido que devolver dos animales que han dado problemas.