Lo más destacado de 'Chaplin en imágenes'

Charles Chaplin, La fuga de Charlot (A Jitney Elopement) (1915)Jitney Elop. En sus primeras películas como actor para la productora Keystone, Chaplin encarnó la figura del vagabundo sin escrúpulos que se dedicaba a urdir tretas, cortejar a las mujeres y robar a los amigos. Sin embargo, en 1918 fundó sus propios estudios y surgió un nuevo Charlot. Chaplin refinó los argumentos, aumentó la tensión narrativa e introdujo personajes femeninos.
Charles Chaplin, Luces de la ciudad (City Lights) (1931)City lights. Empezar a dirigir y controlar el proceso de montaje permitió a Chaplin ampliar el registro cómico, abriéndolo hacia nuevos temas: autobiográficos (El chico), de crítica social (La quimera del oro, City Lights (Luces de la ciudad) o de actualidad política (El gran dictador). Al mismo tiempo, las películas incluían elementos oníricos que transportaban al público fuera de la realidad. Chaplin exploró las posibilidades narrativas del personaje en las situaciones más insospechadas. Así, en sus sueños Charlot escapaba de su condición de vagabundo, aunque el resultado final fuera siempre un doloroso despertar.
Boxeando con el actor Mack Swain con su vestuario de La quimera del oro (The Gold Rush). El árbitro es el boxeador real Kid McCoy (1923-1925)Chaplin and Swain. Una de las claves del éxito de Charlot fue la pantomima. En sus primeras películas para la Keystone, el actor esbozaba una mueca que otorgaba al personaje su sello de vileza. Más tarde adoptó una imagen dulce y melancólica. En sus largometrajes, Chaplin transformaba un leve gesto de vergüenza, los andares de un borracho o un abrazo entre boxeadores en una compleja coreografía.
Charles Chaplin, Tiempos modernos (Modern Times) (1936)Modern Times.La plasticidad y la mecánica física del personaje de Charlot hicieron de él un icono del arte de vanguardia. En los años veinte, el fotógrafo Erwin Blumenfeld incluyó su figura en un collage entre símbolos del mundo moderno (la esvástica, la estrella de David y el yin y el yang). En la misma línea, Fernand Léger quiso representarlo como una pieza de maquinaria en una película de animación.
Charles Chaplin, El gran dictador (The Great Dictator) (1940)The Great Dictator. A partir de 1920 la trayectoria de Chaplin alternó luces y sombras. En la década de 1930, preocupado por los temas sociales, introdujo en sus películas elementos de crítica. Tiempos modernos y El gran dictador enervaron a los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense y, durante la guerra fría, la Comisión de Actividades Antiamericanas le acusó de simpatizar con el comunismo.

Charles Chaplin y Buster Keaton, Candilejas (Limelight) (1952)Limelight. La voz de Charlot se oyó por primera vez en 1936, en Tiempos modernos, donde Charlot intentaba entonar una canción cuya letra había olvidado: acabó utilizando el sonido. Más adelante, al final de El gran dictador, Chaplin dirigió a los espectadores un discurso en contra de la mecanización. Las dos películas siguientes, Monsieur Verdoux y Limelight (Candilejas), terminan con la muerte del protagonista, en un gesto simbólico que expresa la soledad del creador.
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