Paseo de domingo por Londres

Descubre la cara más desconocida de la capital del Reino Unido.
Dos paseantes se acercan al Speakers’ Corner, situado en Hyde Park. (Susans Galán)
Dos paseantes se acercan al Speakers’ Corner, situado en Hyde Park. (Susans Galán)
Dos paseantes se acercan al Speakers’ Corner, situado en Hyde Park. (Susans Galán)

Casi todo el mundo conoce Londres, pero para quien ya ha estado en la ciudad del Big Ben, del cambio de guardia de Buckingham Palace, de la catedral de Saint Paul, Camden, Covent Garden, Soho, Notting Hill o la Tate, está bien saber que existe otro Londinium –como lo llamaron los romanos– en domingo, quizá más humano, más cercano.

Hyde Park es el lugar para pasear por la ribera del lago Serpentine hasta encontrar la estatua de Peter Pan, el niño que no quería crecer, quien te guiará hacia uno de los ejercicios de libertad de expresión más admirables de todo el mundo occidental: el Speakers’ Corner. Allí, los domingos por la mañana, cualquiera puede recibir o dar abrazos, hablar y replicar o, simplemente, escuchar entre los remolinos de gente. El secreto del orador está en saber captar la atención del oyente.

Hasta ‘Jack El Destripador’

Los artistas tienen su propio barrio, y ahora mismo, en Londres, es Brick Lane. Aunque huele a curry –es el lugar donde se degusta la mejor cocina bengalí–, debe su nombre a que en esa zona, en otros tiempos, se fabricaban ladrillos (brick). La antigua fábrica de cerveza Old Truman Brewery rebosa vitalidad. Alrededor de ella se agolpan diseñadores de moda, pintores, fotógrafos, galerías de arte y un sin fin de bares –el mejor, el Café 1001–, y, los domingos, también se levanta un intrincado laberinto de mercadillos.

Además, a las 18.45 horas, en la estación de Tower Hill, arranca From Hell, el tour de Jack El Destripador. Guiados por el humor británico, como Sherlock Holmes con su gabardina, Kevin, Ken, Steve, Dickie, Simon o Mark te arrastrarán con su verbo fácil hasta las profundidades del Londres victoriano de 1888.

Ritmo afro y canalla

Brixton, al sur, es el barrio afrocaribeño, el de los jamaicanos. Por supuesto, Bob Marley tiene su propia calle, pequeña y bastante difícil de encontrar. Pegada a ella está la de Marcus Garvey, activista que afirmó: «Un hombre que no conoce su pasado es como un árbol sin raíces». Si por la noche buscas bares canallas, aquí los encontrarás. Y nunca, nunca entres en Harrod’s –y menos en domingo–, unos grandes almacenes elitistas y excluyentes, situados en el barrio de Chelsea, que vetan las crestas punkies, a pesar de que, hasta no hace muchos meses, la haya lucido con orgullo el idolatrado futbolista inglés David Beckham.

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