Trump presenta una nueva estrategia antiterrorista centrada en el "islamismo radical"

  • La estrategia defiende la necesidad de combatir la "ideología" detrás del terrorismo.
  • Señala a Irán como principal "patrocinador del terrorismo".
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, realiza un mitin en Southaven, Mississippi
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, realiza un mitin en Southaven, Mississippi

EFE/Brandon Dill
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, realiza un mitin en Southaven, Mississippi

Donald Trump ha divulgado esta semana la nueva estrategia de EEUU contra el terrorismo, focalizada en combatir la "ideología" del "islamismo radical" y las acciones de Irán, calificándolas como las dos principales amenazas a los intereses estadounidenses.

En un comunicado, el presidente declaró: "Usaremos todos los instrumentos del poder estadounidense para proteger a nuestra gran nación y derrotaremos a nuestros enemigos".

El plan guarda similitudes con la estrategia publicada por el ejecutivo de Obama  en 2011, resaltando por ejemplo la importancia de las alianzas multilaterales para combatir a los grupos terroristas.

Lo novedoso de esta estrategia es el foco en la "lucha ideológica" y en el uso del término "terrorismo islamista radical", que la administración Obama evitaba por considerar que podía entenderse como un ataque al islam en su conjunto.

John Bolton, asesor de seguridad nacional de Donald Trump, declaró en una rueda de prensa: "Los grupos terroristas islamistas radicales representan la principal amenaza a Estados Unidos", a lo que añadió: "Reconocemos que hay una ideología terrorista (...) Sin reconocer que estamos en una lucha ideológica, no podemos afrontar adecuadamente la amenaza terrorista".

En el documento, se llama a "socavar el atractivo" de esta ideología, argumentando que sin ella "el terrorismo islamista radical no tiene ninguna base". "Expondremos la naturaleza destructiva y totalitaria de esta ideología que alimenta los movimientos islamistas radicales violentos, como EI (Estado Islámico) y Al Qaeda", prosigue, y señala a Irán como "el más prominente patrocinador del terrorismo" y le acusa de "apoyar a grupos militantes de todo Oriente Medio", como Hizbulá, y de "cultivar una red de agentes que suponen una amenaza en Estados Unidos y el resto del mundo".

El documento advierte de que Estados Unidos "sigue en guerra" contra el terrorismo, 17 años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, aunque indica que "el panorama terrorista actual es más cambiante y complejo que nunca" y reconoce, adicionalmente, "el auge del terrorismo doméstico en EEUU".

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