Una treintena de profesionales sanitarios se concentraron ayer, convocados por el Sindicato Médico, frente al consultorio de la localidad antequerana de Villanueva de Algaidas. El 29 de enero, una mujer agredió supuestamente a un médico de familia. La víctima ha hablado con 20 minutos. ¿Qué ocurrió el día 29? La mujer entró en la consulta para pedir medicamentos para un familiar en fase terminal. Yo prescribí los que indicaba el médico de cuidados paliativos, pero a ella le pareció poco. Le dije que hablara con el de paliativos, porque yo no puedo recetar más. ¿Le insultó? Me llamó asqueroso y estúpido. Entonces abrí la puerta y le dije que se fuera, que se tranquilizase y que volviera después. Al salir, me pegó un bofetón. Los pacientes lo vieron.

Otra mujer entró a la consulta, pero la agresora continuó golpeando la puerta por fuera y gritando que su marido me iba a rajar hasta que la Policía se la llevó. ¿Cómo se siente? Tras la bofetada, lo que queda tocado es la ilusión; aunque hay mucha gente educada. La supuesta agresora seguirá yendo a su consulta. ¿Cómo será su relación con ella? De miedo, no sólo de desilusión. Su marido me insultó en la consulta la semana anterior. Después, ella me pega.

¿Qué será lo siguiente? El Sindicato Médico ruega a los pacientes reclamar por escrito en vez de pagarla con los profesionales... Justo es eso lo que debe pasar, pero la gente no sabe reclamar y traga. Protestan porque les recetas una caja de 20 pastillas y no una de 40, pero no porque les dedicas 2,5 minutos en vez de 5 ni porque no les miras la garganta. Yo veo el doble de enfermos de lo previsto. No puedo mirarles todo. No me da tiempo.