Sánchez espera que el "acoso" a sus ministros se vuelva a su favor

  • El presidente del Gobierno retoma su agenda nacional tras una semana de viaje en Canadá y EE UU, en la ONU.
  • Moncloa descarta que vaya a pedir la dimisión de Dolores Delgado y Pedro Duque.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, y el presidente Sánchez, en una imagen de archivo.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, y el presidente Sánchez, en una imagen de archivo.
EFE
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, y el presidente Sánchez, en una imagen de archivo.

Después de más de una semana en América, primero en Canadá y luego en Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU, el presidente del Gobierno retoma este lunes en Madrid la agenda nacional. Aquí todavía colean las polémicas que envuelven a los ministros de Justicia, Dolores Delgado, y de Ciencia, Pedro Duque, pero el regreso a España no va a suponer que Pedro Sánchez tome decisiones sobre ellos.

En su ausencia ha estado conectado en todo momento con las dificultades por las que han atravesado. Con ellos ha hablado y los ha defendido en público, de manera que el regreso de Sánchez no va a suponer que rueden cabezas. Fuentes del Gobierno descartan que el presidente vaya a pedir a estos dos ministros que dimitan y tampoco los va a cesar.

El Gobierno se mantiene en su defensa y considera que los ataques personales que han experimentado en los últimos días, por las conversaciones de Delgado con el turbio comisario José Manuel Villarejo y la sombra de la elusión fiscal sobre Duque a través de su sociedad patrimonial, constituyen en realidad partes de una estrategia que busca derrotar al Ejecutivo de Sánchez.

En el Gobierno está extendida la idea de que la ciudadanía es cada vez más consciente de ello, y que las revelaciones contra estos dos ministros terminarán volviéndose en contra de quienes las alientan y beneficiando al Ejecutivo. Allí aducen que Sánchez y sus ministros están a un paso de ser considerados como las víctimas. Y las víctimas siempre están bien vistas.

No se descarta que la campaña de "acoso" continúe y existe el convencimiento de que cada ministro cuenta con su propia "carpeta" . Por tanto, puede que los ataques no se queden en Delgado y Duque, dos de los miembros del Consejo de Ministros sin trayectoria política previa. Por eso, se les considera más vulnerables al que estos días se apunta como uno de los grandes sinsabores de la política: el riesgo que corre todo cargo a que su vida privada sea sometida a un escrutinio público. Algo que Moncloa ve más cercano a las fake news y la posverdad, que a la legítima petición para que rindan cuentas.

Delgado y Duque se han convertido en una barrera de contención para Sánchez, que los mantendrá porque los considera perjudicados por una campaña para derribar a su Ejecutivo. El viernes, la portavoz, Isabel Celaá, acusó directamente al PP y a Ciudadanos.

Por este motivo, el Gobierno ha decidido mirar para otro lado en relación a los cuestionables comentarios que Delgado hizo en 2009 en una sobremesa con Villarejo, máximo exponente de las cloacas del Estado. Con respecto a Duque, se apunta que bastante hizo aceptando dejar su prestigiosa carrera de astronauta para "hacer un favor" a Sánchez accediendo a convertirse en ministro.

De momento, Sánchez está dispuesto a resistir y fía el final de la tormenta a las explicaciones que Delgado dará el 10 de octubre en el Congreso, donde Duque también está dispuesto a comparecer.

Entrega de armas de ETA

Sánchez encabezará este lunes en Madrid la ceremonia por la que Francia entrega oficialmente 300 armas y miles de documentos incautados a ETA en el país vecino. Este acto será el primero de Sánchez tras su viaje y finalmente no contará con la presencia del presidente francés, Emmanuel Macron, que ha excusado su asistencia.

La ceremonia escenificará de manera simbólica el final de la banda terrorista —que en mayo anunció oficialmente su final– con la entrega por parte de la delegación francesa desplazada a Madrid de documentos y armas que pertenecieron a ETA. No obstante, lo de hoy es un mero gesto, porque Francia ya facilitó estas pruebas hace meses y con ellas trabajan ya jueces y fiscales con el objetivo de esclarecer los 379 crímenes de ETA que aún quedan por resolver.

El pasado febrero, un convoy de la Guardia Civil escoltado por la Gendarmería francesa los transportó a España. El traslado se hizo de manera confidencial por motivos de seguridad y en julio Sánchez y Macron acordaron darle un carácter oficial y definitivo en la ceremonia que tendrá lugar este lunes. El destino final de parte de este material será el archivo del Centro de Memorial de las Víctimas del Terrorismo que tiene previsto inaugurarse en Vitoria este otoño.

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