El curso escolar en Euskadi comenzó con 1.055 profesores de la escuela pública de baja y con 163 plazas docentes sin cubrir. Resultado: numerosos escolares no tuvieron profesor durante semanas. La situación encrespó a sindicatos y asociaciones de padres de los colegios públicos vascos, donde trabajan 20.000 enseñantes. Ayer, el consejero de Educación Tontxu Campos rindió cuentas en el Parlamento vasco.

Según él, el problema se creó debido a «la ausencia de paro» entre los docentes y «la falta de profesores titulados». La explicación queda en entredicho, ya que el 13,1% de los diplomados en Magisterio en la UPV sufren paro, según datos de la Universidad. Mismamente, en el curso 05/06 (últimos datos disponibles) se titularon en Magisterio en la UPV 1.069 personas.

Así las cosas, Campos admitió que muchas de las 163 plazas vacantes quedaron sin suplir ya que no eran puestos «atractivos». Es decir, plazas de jornadas reducidas o de corta duración que nadie quería. Por ejemplo, ningún joven abandonaría un trabajo en una empresa a cambio de un contrato para tres semanas en una escuela.

No obstante, el consejero aseguró que la situación no fue preocupante, ya que el absentismo laboral en septiembre era del 3%, una cifra inferior a la de otros funcionarios públicos.

La receta: bajar la eventualidad

La falta de profesores al inicio de curso es algo que ocurre desde hace años. Hay listas de sustitutos, pero la burocracia es lenta y encima, hay puestos que nadie quiere cubrir porque son muy precarios. La receta que dio ayer el consejero para solucionar esta situación no es nueva. Recordó que de aquí a 2011 se crearán 3.000 plazas fijas mediante oposiciones.

Este curso, el 28% del profesorado de la red pública es eventual. También reiteró que permitirá a los centros contratar a sus propios docentes, para que las sustituciones sean más inmediatas. Esto ya lo dijo en septiembre, y aún no se ha puesto en práctica.