Las escuelas catalanas quieren conmemorar el 1-O con normalidad en las aulas

  • Algunas han celebrado el aniversario del referéndum el fin de semana, para respetar este lunes el horario lectivo.
  • El sindicato de enseñanza USTEC-STEs ha convocado concentraciones al mediodía frente a los centros educativos.
  • 20minutos.es ha hablado con vecinos y padres de alumnos que vivieron las cargas policiales en los colegios electorales.
  • En Barcelona, está prevista una manifestación por la tarde desde la plaza de Catalunya hasta el parque de la Ciutadella.
Fachada del Instituto Pau Claris el viernes 28 de septiembre de 2018.
Fachada del Instituto Pau Claris el viernes 28 de septiembre de 2018.
JULIO GUERRA
Fachada del Instituto Pau Claris el viernes 28 de septiembre de 2018.

Cuando se cumple un año del referéndum ilegal del 1 de octubre en Catalunya, las escuelas catalanas que aquel día se convirtieron en colegios electorales, y que en algunos casos fueron testigo de las cargas de Policía Nacional y Guardia Civil para intentar impedir la consulta, conmemorarán este lunes esa fecha con concentraciones al mediodía, pero también esperan que la jornada lectiva se desarrolle con normalidad. Esa es la intención del Departament de Ensenyament de la Generalitat, cuyo titular, Josep Bargalló, aseguró la semana pasada que abrirán "con la seguridad de que podrán cerrar sin los vidrios rotos", y también es el deseo de la mayoría de padres de alumnos. "La idea es que sea una jornada normal. Es la mejor manera de reivindicar aquel día y de preservar la tranquilidad de los niños", ha apuntado Maria José Larrain, presidenta de la Asociación de Familias (AFA) de la escuela Ramon Llull de Barcelona, una de las más afectadas por las cargas policiales.

A las concentraciones en las escuelas, convocadas a las 12 horas frente a las puertas de los centros educativos por el sindicato de enseñanza USTEC-STEs para denunciar "la represión" que "sufrieron", se sumarán otros actos para recordar el 1-O con motivo de su aniversario, organizados por administraciones y entidades independentistas y ciudadanas. En Barcelona está prevista una manifestación que empezará a las 18:30 horas en la plaza de Catalunya y terminará en el parque de la Ciutadella, junto al Parlament. Además, el Ayuntamiento y las asociaciones de la campaña 'Demà pots ser tu' (Òmnium, FundiPau, Irídia, Novact e Idhc) seguirán con las jornadas de "reflexión y debate" '1 de octubre i més. Barcelona ciutat de drets', que empezaron el 27 de septiembre en la antigua prisión de la Model.

Por otro lado, varios consistorios catalanes colgarán este lunes de sus balcones pancartas con el lema 'Republiquem', después de que la Associació de Municipis per la Independència (AMI) las haya enviado a sus 786 municipios adheridos. Y a las múltiples actividades para conmemorar el 1-O que están previstas este lunes en toda Cataluña se sumará una cadena humana el 7 de octubre que unirá cinco poblaciones gerundenses -Sant Julià de Ramis, Aiguaviva, Sarrià de Ter, Girona y Vilablareix- y para la que hacen falta 15.000 personas.

Las escuelas catalanas contaban con el permiso de Ensenyament para rememorar el 1 de octubre del año pasado como quisieran, siempre que este lunes respetaran el horario lectivo, y muchas, para que esto sea posible, optaron por hacerlo con antelación, durante el fin de semana. La web de la Plataforma 1 d'Octubre, impulsada por diversas organizaciones como la ANC, Òmnium Cultural y los Comités de Defensa de la República (CDR), entre otras, recoge las diferentes actividades que se han llevado a cabo en los centros educativos. Un ejemplo es la que organizó este domingo el instituto Joan Fuster, que recogió "pensamientos, sensaciones y sentimientos" para hacer un "árbol de memoria" del referéndum, y otro, la que montó la escuela Serrat i Bonastre, donde se llenaron urnas de "recuerdos y reivindicaciones".

El recuerdo de las cargas policiales sigue vivo

20minutos.es ha contactado con la escuela Ramón Lull y el instituto Pau Claris, dos de los centros educativos de Barcelona más afectados por las cargas policiales del 1-O en los colegios electorales, pero ni la dirección ni el equipo docente han accedido a hablar sobre aquel día. Sí lo ha hecho la presidenta de la Asociación de Familias de la Ramón Llull, Maria José Larrain, que ha explicado que el recuerdo de la jornada del referéndum sigue vivo entre los padres de los alumnos, "aunque los niños ya no se acuerdan mucho".

"Para ellos fue muy impactante porque la escuela es su segunda casa y aunque la mayoría no estuvieron allí cuando se celebró la consulta, muchos vieron lo que sucedió por televisión y al día siguiente se encontraron los cristales de la puerta del centro rotos", ha contado.

Larrain ha dicho, además, que "todo fue muy fuerte independientemente de las ideas de cada uno" y "muy contradictorio" para los alumnos, porque "en el cole se trabaja para que entiendan el valor de la convivencia". "El día dos, los profesores organizaron una actividad en el patio para hablar de la paz", ha explicado.

También en los alrededores de la escuela Ramón Llull y del instituto Pau Claris está aún muy presente lo que sucedió el 1-O, como ha comprobado este diario tras entrevistar a vecinos y comerciantes.

"Nadie supo manejar la situación"

Nelson, de 45 años, trabajador del bar El Pibe, ubicado entre las calles Sardenya y Diputació, al lado de la Ramon Llull, ha reflexionado sobre los hechos: "Es lamentable que ocurriera todo aquello aquel día. Nadie supo manejar la situación. Ni el Gobierno ni los independentistas", ha dicho, y ha añadido que "la sensación de incertidumbre duró toda la jornada". Ha explicado que él llegó tarde al trabajo pero que su compañero que estaba allí "no sabía qué hacer" y llamó al dueño para preguntarle si cerraba el local, porque la gente se estaba metiendo dentro para esconderse, y él le dijo: "Si las cosas se ponen peor, hazlo". Sin embargo, el bar no se llegó a cerrar.

"Menos mal que no pasó nada, pero las ventas obviamente sí se vieron disminuidas", ha comentado, y ha agregado que "la gente estaba confundida" y que él "hubiera cerrado el local porque por los enfrentamientos que luego se vieron por la televisión, cualquier cosa pudo haber sucedido".

En cambio, en una ferretería ubicada al lado del bar El Pibe, María Elena, de 65 años, dueña del negocio, ha contado que su reacción inmediata sí fue la de cerrar", porque tenían "miedo por las vitrinas". "Vinieron los manifestantes y le dieron la vuelta a los contenedores. Lo tiraban todo. Intentaron prender fuego y vociferaban, levantaban las manos y empujaban a los policías, y estos los reprimían", ha rememorado, y ha proseguido: "Lo único que atinamos a hacer en ese momento con mi esposo fue pararnos aquí (señala la entrada de su ferretería) y rezar en voz baja para que todo se calmara".

En el mismo punto, un vecino que prefiere no identificarse ha dicho que ese día sintió "mucha impotencia, mucha rabia", y que "la culpa de todos los actos violentos la tuvo el Estado español".

Por su parte, en los alrededores del instituto Pau Clarís, Victoria, una vecina de 73 años, ha contado que ella prefirió entrar en su casa y no salir después de ver que en el cruce de las calles Roger de Flor y Almogàvers "había mucha gente" y de escuchar "gritos, cantos, e insultos contra España". Ha contado también que mientras estuvo en la calle no vio "ningún ataque policial ni heridos".

En la misma esquina, Joan, de 65 años, ha explicado que "ese día la Policía puso una barrera de seguridad desde bien temprano" y "los manifestantes intentaron tumbarla". Ha asegurado, asimismo, que "hubo mucha gente y alboroto", pero que no vio "ningún ataque ni ninguna persona herida", y que él no tuvo "ningún temor". "No tenía por qué pasarme nada. Soy ciudadano español y catalán", ha dicho.

Por otro lado, desde varios centros educativos de fuera de Barcelona se han quejado de que tuvieron que pagar el arreglo de los desperfectos que causó la actuación policial con recursos propios y de que aún están pendientes de que las aseguradoras asuman el coste. Es el caso, por ejemplo, del instituto la Caparrella de Lleida, que según ha contado su director, Emili Grau, tuvo que destinar a reparaciones 3.500 euros que debían ser para docencia, o del Comte de Rius de Tarragona, donde se gastaron 4.000 euros en arreglos y otros 6.000 en ordenadores nuevos, porque, también según el director del centro, Narcís Almena, la policía se llevó 10.

El final de la jornada de este lunes dirá si el tener que lamentar incidentes el 1 de octubre es agua pasada o si, por lo contrario, lo que sucedió a raíz del referéndum de 2017 sigue haciendo mella en Catalunya.

Torra, abucheado en el instituto El Palau de Sant Andreu de la Barca

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, fue abucheado el pasado jueves a su salida del instituto El Palau, de Sant Andreu de la Barca (Barcelona), algunos de cuyos profesores fueron denunciados por incitar al odio por obligar a identificarse a los hijos de los guardias civiles que cursaban estudios.

La Fiscalía denunció en su momento a nueve profesores de este centro por, presuntamente, haber "humillado" a hijos de guardias civiles después de las cargas policiales del 1-O, aunque la causa ha sido archivada contra cinco de ellos y siguen como investigados los otros cuatro.

A su entrada y salida del instituto el pasado jueves, el presidente catalán fue increpado por varias personas -algunas de las cuales portaban banderas españolas- al grito de "fuera" y "sinvergüenza".

Agentes de los Mossos d'Esquadra formaron un cordón para que Torra pudiese acceder a su coche oficial, tras haberse reunido durante más de una hora con la dirección y el claustro del IES El Palau.

Los responsables del Govern trasladaron a los docentes, que han preferido no hablar con este diario, un "mensaje de apoyo" tras la polémica vivida en los últimos meses y les garantizaron que la Generalitat "estará a su lado", según explicaron fuentes del ejecutivo catalán.

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