La artesanía de calidad ha sido una de las grandes apuestas en materia de desarrollo comercial del equipo de Gobierno de Teófila Martínez. Con este motivo se creó la pasada primavera una Marca de Artesanía de Cádiz que acreditara esta calidad. A día de hoy, 37 piezas poseen este marchamo de calidad, correspondientes todas a cinco artesanos.

Sin embargo, nunca llueve a gusto de todos. Y en la asociación de artesanos Erytheia, que sólo agrupa a artistas dados de alta en la Seguridad Social y taller y tienda propia, creen que, por el número, su repercusión está siendo muy pequeña. Así lo entiende su portavoz, Manuel Fedriani: "El artesano nunca le va ver la ventaja de realizar todos los trámites y desembolsar dinero por adquirir esta marca sino se la promociona y el consumidor no sabe lo que significa. La marcha es marketing", apuntó.

Efectivamente, tal y como continuó explicando a este periódico la concejal delegada de Artesanía, Carmen Sánchez, la adquisición de este marchamo es objeto de un proceso muy riguroso: las piezas deben pasar primero por la Mesa de Artesanía, que agrupa a las asociaciones del gremio, la Delegación Municipal de Comercio, el Instituto de Fomento, la Cámara de Comercio y la Escuela de Arte.

Además de la pieza, el artesano debe presentar un informe sobre el procedimiento que se ha seguido para la fabricación del producto. Tras la deliberación de la mesa, se puede obtener este marchamo de calidad.

Sánchez recordó en todo caso, para aplacar la inquietud de los artesanos, que se trata de una marca muy joven, que habrá que hacer la promoción paulatinamente y que, en todo caso, ya se publicita a través de la página web del Ayuntamiento.

Entre los renombrados artesanos gaditanos que ya disponen de esta marca para alguna de sus piezas se encuentran Antonio Collantes y Fernando Vargas.

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