Según ha informado la Jefatura en un comunicado, en la noche del lunes agentes que realizaban labores de prevención fueron requeridos por unos jóvenes que acababan de ser víctimas de un hurto del teléfono móvil cuando se encontraban en una terraza del paseo marítimo. Dos hombres se les habían acercado pidiéndoles que le firmaran en unos papeles.
En un descuido, mientras hablaban entre ellos en otro idioma y usando la documentación que portaban, se llevaron de la mesa el teléfono móvil, alejándose rápidamente del lugar a la carrera.
Los jóvenes comunicaron a los policías que el teléfono móvil sustraído tenía localizador y les estaba dando una posición a la que los agentes acudieron, localizando un vehículo y en su interior tres hombres que fueron interceptados, dos de los cuales coincidían plenamente con la descripción facilitada.
Los policías inspeccionaron el coche en busca del teléfono móvil sustraído, que en un principio no aparecía, hasta que comenzó a sonar un terminal dentro de un asiento, por lo que uno de los agentes observó en el asiento trasero de la parte derecha una pequeña obertura oculta en el lateral de difícil acceso, solo visible si se abatía el citado asiento. Al meter la mano fueron localizados tanto el teléfono móvil sustraído como otros terminales y una cámara.
Los agentes detuvieron a los tres ocupantes del vehículo, de origen rumano, como presuntos autores de dos delitos de hurto. Los dos mayores de edad, uno con antecedentes policiales, han pasado a disposición judicial y el menor fue puesto en libertad, tras informar a la fiscalía de menores, que dispuso su ingreso en un centro de menores.
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