"La mentalidad 'entro en la universidad, salgo y me pongo a trabajar' es del siglo pasado"

Juan Cayón Peña, rector de la Universidad Nebrija.
Juan Cayón Peña, rector de la Universidad Nebrija.
ZAIDA DEL RÍO MARTÍN
Juan Cayón Peña, rector de la Universidad Nebrija.

¿En qué puede ayudarte tener un máster en el CV?

Dado que el acceso a la universidad se ha democratizado mucho y todos los estudiantes acaban teniendo un grado, tener un grado hoy no te diferencia en absoluto. Por eso, un máster aporta diferenciación, especialización, tener una formación más completa. Pensando en un joven que empieza la universidad con 18 y termina con 22, es muy frecuente que quiera aprender un poco más de manera especializada. Las carreras antes eran de cinco años y al convertirlas a cuatro, la carga de conocimiento es más reducida. Los estudiantes no son tontos y se dan cuenta de que necesitan una formación más especializada para poder acceder al mercado de trabajo.

¿Y si estás ya en activo?

Este caso es cada vez más frecuente. En esta situación, además de aportarte una mayor especialización y diferenciación respecto al resto de compañeros que no tienen máster, los empleadores nos dicen que quien realiza un máster universitario durante uno o dos años mientras está en activo demuestra una mayor capacidad de trabajo, afán de superación e inquietud profesional. Revela una actitud mucho más reconocida por parte de los empleadores. Eso no te lo da el máster, pero sí lo demuestra.

¿Cuál es el mejor momento para estudiar un posgrado?

Si eres joven, es mejor antes que después. Personalmente, creo que se confunden quienes acaban el grado y dejan el máster para más adelante y prefieren ponerse a trabajar. En mi opinión, es mejor hacerlo del tirón en cuanto terminas el grado para no perder el hábito de estudio porque dejar de estudiar para después retomarlo es más complicado. Pero también hay una gran cantidad de gente que ya están en el mundo profesional y en este caso, el momento ideal es cuando se está pensando en cambiar de aires, en una promoción o en reinventarse.

¿Qué desventajas tiene estudiar un máster?

En general es positivo. No es una desventaja sino un precio, que además pagas en dos sentidos: uno es el coste de la inversión y otro es el tiempo que le dedicas, que en la mayoría de los casos suele ser un año, y la conciliación con la vida personal. Pero esto no son desventajas sino costes, lo que inviertes para obtener el beneficio.

¿Cuáles son los másteres que conducen a los mejores salarios?

Los buenos (risas). Los hay en todas las áreas de conocimiento y universidades. Si pensamos en el salario, lo normal es que los programas que se dirigen a las personas que acaban teniendo los mejores salarios son los MBA, los másteres de acceso a la abogacía, los de las ingenierías y arquitecturas, porque al final son los profesionales que en teoría ganan más. Pero en la práctica también hay muchos abogados que tampoco ganan tanto dinero. Siento decir que no es lo mismo estudiar un MBA en inglés es una escuela de negocios de prestigio que hacerlo en español en una universidad pequeña de provincia.

¿Hay en España un exceso de titulitis? Las grandes empresas huyen de esto y buscan aptitudes.

Sí, sin duda, hay exceso de titulitis. Pero eso de que las empresas huyen… no estoy de acuerdo. Una cosa es un anuncio de Google y otra que la práctica totalidad de las empresas, que es verdad que buscan esas competencias, esté excluyendo a graduados en los procesos de selección. El conocimiento se presupone y es la base, pero además se busca empatía, saber trabajar en equipo, en un entorno internacional…

Lo digo porque gurús tecnológicos como Bill Gates o Steve Jobs abandonaron la universidad. ¿Cómo explicar a los jóvenes la importancia de ir a la universidad?

Si tienes un sistema que fomenta el emprendimiento, pasan estas cosas. La pregunta es ¿cuántos Bill Gates hay en España? Y esto a qué se debe, ¿a que las universidades son malas o a que el entorno no apoya el emprendimiento? Es verdad que hay individualidades con gran capacidad que sin pasar por la universidad han cumplido sus sueños empresariales, pero esto en nuestro sistema y en Europa en general no suele darse. Conozco muchos más casos de gente que ha pasado por la universidad y ha trabajado muy duro toda su vida y al final ha triunfado. Creo que hay muchos más casos de estos que de los otros.

¿Cómo se establece el precio de los másteres?

Es muy diferente según sea una universidad pública o privada. Es normal que los estudiantes se quejen de los precios de los másteres porque la mayoría de los estudiantes en España estudian en universidades públicas, donde los grados están subvencionados en un 80-90% del coste total de sus estudios. Los estudiantes creen que el precio de su educación son las tasas que pagan, pero en realidad esas tasas solo representan el 15-20% del esfuerzo que hace el país para que esos estudiantes estén en la universidad. En cuanto a las privadas, nosotros diferenciamos entre el tipo de programa (presencial, semipresencial o a distancia) y de las expectativas laborales de los egresados. A mejores expectativas, mayor demanda y, como las plazas están limitadas, suben de precio.

Hay MBAs que cuestan hasta 80.000 euros.

Es el típico de escuela negocios puntera en el mundo en la que sabes que de ahí sales colocado en una de las 500 empresas más importantes del mundo. Tienen una tasa de empleabilidad del 99,9%. Estos programas son muy exclusivos no solo por el precio sino en la admisión, es decir, hay que tener una nota media altísima. No son masivos, nos guste o no nos guste, estos programas no son para todo el mundo, pues hay que tener una capacidad académica y económica, aunque existen becas que apoyan a los estudiantes. En la Universidad Nebrija cualquier estudiante que venga con sobresaliente o matrícula de honor del Bachillerato no va a pagar nada. Muchas universidades privadas consideran que el estudiante es el cliente, pero en realidad los estudiantes son la materia prima y los empleadores son los clientes.

¿Cree que debería ser obligado estudiar un año de la carrera en el extranjero?

A mí no me gusta obligar, soy un amante de la libertad. ¿Cómo vas a obligar a la gente a salir de su entorno familiar para ir a un país diferente con un coste diferente? ¿Quién paga todo eso? Sin embargo, me parece que estar fuera un tiempo cambia la vida y lo recomiendo absolutamente, incluso haciendo un esfuerzo. Hoy en día hay becas y ayudas para poder salir. Es muy importante darse cuenta de que uno no es el ombligo del mundo, que hay otras culturas, otra forma de hablar, de comer, de vestirse… Ahora uno de los temas que más en boga están son las dobles titulaciones internacionales.

¿Qué idiomas recomienda estudiar?

Todos los que puedan. No hay duda de que si hablas español como lengua materna y además tienes un nivel C1 de inglés, estás controlando los dos idiomas principales del planeta a día de hoy. Que luego quieres hablar portugués por Brasil, chino porque es el mercado más importante o alemán, que es muy diferencial porque no todo el mundo lo habla, fenomenal. Pero dominar el español y el inglés es lo menos que se va a exigir en el futuro.

¿Qué aporta más un máster: empleabilidad, ampliación de estudios o contactos?

Mayor empleabilidad y, si es buen máster, una red de contactos importante, bien entre los compañeros del aula, bien entre las empresas que te van a colocar en prácticas o bolsa de trabajo. La gente no se da cuenta de que un máster también aporta contactos y este es un aspecto que no tiene comparación entre un máster bueno y otro malo, y también, desgraciadamente, entre uno que cuesta una pasta y otro que no. Porque el nivel de empresas en las que te pueden colocar, el nivel de personas que te van a entrevistar, el nivel de profesores y compañeros que vas a tener te puede catapultar en el ascenso social en el futuro profesional.

Hay estudiantes que se quejan de que los grados se quedan incompletos y necesitan estudiar un máster o posgrado.

No creo que los grados se queden incompletos sino que tenemos una idea equivocada —incluidas las universidades— de que un grado equivale a una licenciatura y que te capacita para salir al mercado laboral, pero eso no es así en ninguna parte del mundo. Un periodo formativo universitario al final tiene que ocuparte 5-6 años. Es verdad que al reducir de 5 a 4 años ha mermado el conocimiento transmitido y por eso la mayoría de la gente hace un máster después, porque se da cuenta de que sale sin saber pero… ¿es eso un fraude? No, es que el grado está concebido de una manera diferente, es una aproximación a una disciplina concreta que en teoría amuebla la cabeza al estudiante lo suficiente como para entender de qué va y luego saber buscar. La mentalidad ‘entro en la universidad, salgo y me pongo a trabajar’ es del siglo pasado.

Para 2020 se necesitarán un 14% más de perfiles STEM, y con los estudiantes actuales apenas se podrán cubrir la mitad. ¿Cómo cubrir ese déficit de talento que tiene España?

Me cuesta asumir que España tiene déficit de talento. Lo que creo es que el sistema educativo en su conjunto tiene serios y graves problemas.

¿Cómo podría la universidad adaptar su oferta a la demanda del mercado de trabajo?

Lo que hace falta en España es que las universidades compitan entre sí, que se distingan entre buenas y malas, y no entre públicas y privadas. Y que las malas se cierren. Y que las buenas se apoyen. Y lo mismo con los estudiantes y profesores. No se pueden cubrir las demandas del mercado laboral si cuando entras a la universidad hay una pancarta que dice ‘empresarios fuera de la universidad’. Si hay una ideologización absurda, tanto de una posición como de otra, estamos perdidos. Se puede ir contra el sistema, pero entonces cambia el sistema y adecúa tus expectativas al éxito de tu cambio. Me temo mucho que se pretende cambiar el sistema desde el Gobierno, planificando… ¿Pero qué vamos a planificar? Lo que hay que hacer es dejar a las universidades que planifiquen lo que quieran para competir entre ellas. De esa manera, las universidades que estén en contacto con la empresa, lógicamente, tendrán más estudiantes porque estos se emplearán. ¿Cómo la universidad puede contribuir a la sociedad? Creando los profesionales demandados. Pero si tienes un concepto de universidad cuya única finalidad es seguir contratando personal de manera endogámica y los títulos que expides tienen tasas de paro del 40-60% y encima eres pública y te financiamos todos… No sé de qué sistema estamos hablando. Lo que hace falta es una reforma muy profunda del sistema. Pero no creo que esa reforma se vaya a dar nunca.

Nunca es mucho tiempo.

Soy pesimista. He pasado por la universidad pública y privada, vivo la universidad con pasión, es mi vida, pero soy pesimista porque veo que los avances son muy lentos y no siempre en la dirección correcta.

¿Cómo imagina la universidad dentro de 10 años? ¿Y de 50?

Siguiendo esta teoría, más o menos igual (risas). En serio, quiero pensar que antes o después tendremos que darnos cuenta de que el sistema universitario ha de ser remodelado profundamente pero no con mayor control y planificación desde los políticos, sino con más autonomía, libertad y apoyo a la iniciativa y a los emprendedores de los buenos universitarios, estudiantes y profesores.

¿En el futuro, los profesores serán chatbots?

Hoy nos ayudan, pero no nos sustituirán. El profesor universitario es un maestro, un modelo de vida a seguir, no un mero solucionador de problemas técnicos.

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