Ni la lluvia deslució el mágico carnaval

  • El chaparrón no frenó a los 160 participantes de este año.
  • La carpa de la Plaza Mayor volvió a acoger  el tradicional desfile.
  • Los participantes han disminuido frente a los 500 de otras ediciones. 
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El ganador individual, el kiosco.(P.E.)
El ganador individual, el kiosco.(P.E.)
El ganador individual, el kiosco.(P.E.)
Hadas, duendes y diablesas se aliaron ayer para que la lluvia no pudiera deshacer el hechizo mágico del carnaval.

Más de 160 participantes se inscribieron en el concurso infantil de disfraces que tuvo lugar en una carpa de la Plaza Mayor. Menos que otros años, en que se rondaban los 500 inscritos, debido a la lluvia.

Había niños de todas las edades: pequeños mariachis sin guitarra, vaquillas lecheras y dobles de Marilyn Monroe adolescentes que también desfilaron con faldas y

a lo loco. Papás y mamás aguantaron alrededor de las estufas y con los pies mojados –porque la lluvia penetraba en la carpa– a que, uno tras otro, los vástagos tuvieran su minuto de gloria.

Entre los disfraces hubo mucho mérito. Algunos aflojaron la cartera para llevarse de la tienda lo más lucido, otros, en cambio, los más valorados por el público, son fruto de muchas horas de trabajo paterno-filial. Es el ejemplo del ganador individual: el kiosco de prensa. La idea no es la más original del mundo, pero el esfuerzo de corta y pega vio recompensadas todas las horas de trabajos manuales.

En la categoría de parejas, un minúsculo Don Juan y una inocente y tímida Doña Inés se llevaron la palma. Eso sí, sólo son pareja artística.

En cuanto al premio del mejor disfraz de grupo, las chicas de la fantasía libélula destacaron por su disfraces brillantes y por su valor al desafiar el tiempo. El jurado no lo tuvo fácil en absoluto.

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