La habitación de la casa que más cara sale es la cocina, que cuesta una media de 8.000 euros, con el frigorífico, lavadora, vitrocerámica, horno y lavavajillas incluidos.

Más económicos resultan los dormitorios de la casa. Un cuarto infantil costaría una media de 2.000 euros, y uno de matrimonio, desde 3.000. El salón también hace subir la factura. Ponerle una librería, un mueble para la televisión, mesas, sillas, sofá y otros elementos decorativos saldría por unos 7.000 euros. El baño quedaría decorado por unos 1.000 euros.

Al gasto que supone para la economía de una persona la hipoteca de una vivienda hay que sumarle lo que cuesta amueblarla. Las tiendas de decoración y muebles ofrecen con frecuencia atractivas facilidades para financiar la compra y atraer clientes.

Pero también es un sector que genera muchas quejas por parte de los consumidores. Las reclamaciones más comunes se refieren, según Olvido Blasco, de la Asociación de Consumidores Torrerramona, a que los productos que anuncian en los folletos publicitarios no se encuentran en la tienda o que el color de algún mueble no coincide con otro del mismo juego cuando se recibe.

La calidad del mobiliario será uno de los puntos centrales de la  I Feria Profesional del Mueble de Zaragoza, que se celebra desde ayer en la Feria de Muestras. Más de 250 empresas dedicadas al mundo del mueble se dan cita en un salón de más de 30.000 metros cuadrados.

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Jorge Rillo: Decorador, 25 años «lo que más se lleva es el papel»

Los decoradores apuestan por los contrastes. Este joven decorador, del estudio zaragozano Rilain, asegura que lo que más se lleva esta temporada es «el papel para las paredes».  En los muebles, el gusto está en «el contraste de mueble muy moderno con otro muy clásico, las lacas, los brillos, las maderas tropicales y los tonos grises y piedras».