A través de talleres, charlas y tutorías personalizadas se abordan cuestiones ligadas a la educación de los hijos, según ha explicado la diputada de Igualdad y Bienestar Social, María Eugenia Valdivielso, quien ha incidido en el carácter tanto preventivo como formativo de estas escuelas.

"Tiene un objetivo doble: transmitir conocimientos y habilidades y, además, reforzar las relaciones sociales de las personas integrantes de los grupos con los que se interviene", ha manifestado este lunes en una nota.

De esta forma, a lo largo del curso se analizan temas como las dificultades en el sueño, la alimentación, el desarrollo evolutivo o el uso de las nuevas tecnologías. Se trata de una programación diseñada con la colaboración de las familias participantes, que plantean aquellos asuntos que les son de mayor interés. Además, los encuentros tienen un marcado carácter participativo, por lo que se fomenta el intercambio de experiencias y estrategias en torno a la educación de los menores.

Valdivielso ha afirmado que el trabajo con las familias "está estrechamente vinculada a una atención a la infancia que reconozca sus derechos e identifique sus deberes con la finalidad de garantizar su bienestar". Junto a ello, ha hecho hincapié en la importancia de contar con modelos de conducta adecuados: "El ambiente familiar es donde el niño va conformando su comportamiento y personalidad", ha dicho.

Otro de los aspectos contemplados en esta iniciativa es la coordinación entre familias y centros educativos, "ámbitos que han de ir de la mano para un desarrollo exitoso de los menores". Por otra parte, se complementan con este programa otras intervenciones que pueden realizarse por parte de profesionales de los servicios sociales.

Las Escuelas de Madres y Padres se enmarcan en los diferentes programas impulsados por la Diputación en torno a la infancia y la familia, ámbito al que la Diputación destina un presupuesto cercano a los 500.000 euros.