Una guía turística 'amateur', amenazada con una multa de hasta 600.000 euros por enseñar la belleza de su pueblo

  • La Generalitat Valenciana ha obligado a una vecina de Vilafamés (Castellón) a dejar su hobby.
Vista del pueblo de Vilafamés (Castellón).
Vista del pueblo de Vilafamés (Castellón).
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Vista del pueblo de Vilafamés (Castellón).

Vilafamés, un pueblo de apenas 2.000 habitantes y situado en la provincia de Castellón, tiene rincones "maravillosos" que ni siquiera muchos de sus nativos conocen o admiran tanto como Susana Meseguer. Esta castellonense de 50 años se afincó allí hace tan solo cuatro y una de sus grandes pasiones es conocer gente y lugares, pero sobre todo la historia que tienen detrás.

Su castillo, su iglesia, sus murallas... ella está completamente enamorada de esta villa medieval y de unas anécdotas que conoce con todo lujo de detalles. "Es mi lugar en el mundo", declara a 20minutos. Y añade: "Es un pueblo muy romántico, tiene mucha historia... es para perderte". Incluso, Susana lo compara con la Toscana italiana, aunque hay una diferencia: "Ellos lo adornan muy bien; nosotros lo despreciamos muy bien, y yo lo que quiero es adornarlo".

Y es que su objetivo era potenciar las grandes riquezas que tiene Vilafamés a través de unas rutas ociosas que publicaba en la web Guruwalk. Sin embargo, este hobby también le ha traído algún quebradero de cabeza: la Generalitat Valenciana le envió una carta —a la que ha tenido acceso este periódico— el pasado 19 de julio con una advertencia clara: o presentaba el "carnet profesional" de guía o —si no dejaba de hacer el trabajo de forma amateur— podría enfrentarse incluso a una multa de entre 100.001 y 600.000 euros.

"Es desproporcionado"

"Dicen que estoy haciendo un trabajo continuo, pero no es así. Lo hacía en función de mi disponibilidad, esporádicamente. No hacía el trabajo de un guía turístico. Simplemente contaba anécdotas pero sin entrar en grandes detalles sobre la historia de los momumentos, para eso ya están ellos", afirma. Y es que la misiva de la Generalitat dice que Susana hacía esta labor "de forma habitual, todos los días y en tres horarios diferentes mediante precio (donativo o propina)". Algo que ella desmiente categóricamente: "Mi objetivo era pasármelo bien y conocer las historias de la gente, no hacer negocio".

Es más, Susana afirma que desde el principio de los tours informaba de que no era una "guía oficial" y de que las propinas no eran "necesarias". Según detalla para este periódico, lo máximo que llegó a cobrar en un mes fueron 60 euros, aunque es verdad que la gente suele ser muy agradecida, por lo que eran habituales unas cervezas después de la ruta, incluso alguna comida.

"He hecho muchos amigos con esto, mantengo el contacto por whatsapp con muchos de ellos", relata aún sorprendida por una advertencia que le llegó sin previo aviso. "En la propia Oficina de Turismo de aquí tenían mis tarjetas. Desde la Generalitat, primero se pusieron en contacto con ellos y con el Ayuntamiento, pero a mi nadie me dijo nada. Vivo en un pueblo y esto es desproporcionado", manifiesta Susana.

No obstante, en la carta enviada por la Generalitat afirman que estaba cometiendo una "infracción muy grave" con su labor ya que en la Comunitat se exige a los guías una habilitación profesional, tal y como está registrado en la ley de turismo, ocio y hospitalidad aprobada el pasado mes de junio. Y cuando esta guía amateur, sin licencia pero con conocimientos, recibió la misiva no lo dudó: "Automáticamente lo cerré todo", afirma.

Cambio en la regulación

Esta castellonense no quiere crear un mundo de un grano de arena, aunque afirma que "la Comunidad Valenciana necesita una regulación del turismo y su profesionalidad" y que los guías oficiales tengan las capacidades necesarias para ejercer su trabajo porque "el curso de guia no requiere nada del otro mundo". Ella habla inglés a la perfección (como lo demuestra en la llamada telefónica que ha mantenido con 20minutos) y francés "un peu", aunque también puede entenderse con él.

Concretamente, los guías tienen que superar unas pruebas de habilitación que se convocan periódicamente por la Secretaría Autonómica de Turismo de cada comunidad, que es quien ostenta las competencias en turismo. Además de mayor de edad, tiene que ostentar un título homologado relacionado con la materia y renovar el permiso cada cinco años, informa Turismo de la Generalitat en su web, donde también está el listado con las 249 personas que superaron la prueba —compuesta por dos partes: idioma y conocimientos de historia— el pasado mes de junio.

Ahora Susana Meseguer ha emprendido un verdadero negocio. Es autónoma y dirige el servicio de alquiler de bicicletas eléctricas Rural electric Bike (ReB) que permite a los turistas recorrer, con ayuda de una bici motorizada y un GPS, los alrededores del pueblo que le emociona: Vilafamés, que por cierto estuvo un tiempo en la lista de Los Pueblos Más Bonitos de España.

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