Ha pasado ya casi un año y medio desde que la madre de Martina, Francisca Pérez, denunció en 20 minutos que su pequeña, que sufre una enfermedad degenerativa de los huesos, no podía subir a su clase en el colegio público Virgen de Guadalupe.

El Consistorio de Murcia y la Consejería Educación prometieron instalar en 2007 un ascensor en el centro, pero éste aún no ha llegado al colegio.

«El Ayuntamiento es el que dice a Educación las necesidades que tiene cada centro, pero olvidó incluir en sus demandas el ascensor de Martina. La obra se tendría que haber hecho este verano», se queja la Asociación de Padres y Madres.

La Consejería instaló en el colegio un aparato, llamado oruga móvil, que la sube sin necesidad de que se fatigue, «pero este aparato tarda más de 20 minutos en subir las escaleras, así que tiene que venir una monitora y llevarla en brazos.

El problema es que en el recreo no está y, si los profesores no pueden, Martina se queda en clase sin recreo. Su madre se está planteando cambiarla de escuela: "sería una vergüenza que pasase».

Por su parte, Educación asegura que las obras para construir el ascensor podrán comenzar en febrero y que éstas durarán un par de meses.