Sólo el 0,3% del empleo de la región se reserva a discapacitados

  • Las empresas deberían contratar a un 2% de minusválidos.
  • El paro en este colectivo es del 30%, cinco veces la tasa regional.
  • La normativa se incumple impunemente.
Berta Gómez, parada, 58 años.
Berta Gómez, parada, 58 años.
JORGE PARIS
Berta Gómez, parada, 58 años.

Los discapacitados no lo tienen nada fácil para encontrar trabajo. De los 3.009.037 afiliados a la Seguridad Social que hay en la región, 9.743 tienen alguna discapacidad, según los últimos datos de la Consejería de Empleo y Mujer (septiembre de 2007). Esto implica que sólo el 0,32% de los trabajadores madrileños pertenece a este colectivo. El desempleo incide con fuerza sobre ellos: mientras el paro de la región es del 6,38%, en los discapacitados ronda el 30%.

Todo ello, a espaldas de la ley. Las empresas de más de 50 trabajadores están obligadas a incluir en sus plantillas, al menos, a un 2% de trabajadores con discapacidad, según la Ley de Integración Social de Minusválidos (Lismi), de 1982. Sin embargo, Madrid está lejos de cumplir ese cupo: sólo el 14% de las empresas madrileñas reserva para ellos esta cuota de empleos.

Los sindicatos CC OO y UGT responsabilizan de la escasa contratación de discapacitados a las empresas, por no darles trabajo, y a la Administración, por no vigilar que la ley se cumpla.

El 86% de compañías que incumplen la norma lo hace impunemente, ya que no hay sanciones tipificadas. La Comunidad acepta que hay «problemas de desarrollo» y que «deben incorporarse medidas sancionadoras».

En las administraciones públicas, la cuota de minusválidos en plantilla debe ser del 6%, según una norma del año 2006. UGT critica a la Comunidad «por no dar ejemplo», ya que aún está lejos de alcanzar este cupo. Según Empleo y Mujer, «el 6% es un compromiso a medio plazo; no hay fecha para llegar, pero nos acercamos año a año». Esta Consejería emplea a un 2,2% de discapacitados, pero desconoce el dato de toda la Comunidad al no existir un recuento. Los sindicatos dicen que rondan el 1%.

Les ponen obstáculos para trabajar

Berta Gómez, parada, 58 años. «Con sólo una mano me basto»

«Nací sin la mano izquierda, pero eso no me impide hacer las cosas de casa, conducir o alcanzar 250 pulsaciones mecanografiando. Puedo hacer lo que sea con una mano y tengo estudios de administrativa y contabilidad, pero siempre me han respondido con un ‘ya te llamaré’. Mis padres me educaron en la cultura del esfuerzo».

Verónica Lacunza, informática, 38 años. «Trabajar es básico para integrarse»

«Tengo un 10% de visión, pero intento superarme. Desarrollo programas y webs en la Escuela de Ingenieros Industriales gracias a que me encontraron en la base de datos de la Federación de Discapacitados de Madrid (Famma). No deberían contratar a gente por cubrir un cupo, sino pensando en la valía de las personas».

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