Amigat pide que se suspenda la suelta de la Gata Negra en Carasa

  • SANTANDER, 13 (EUROPA PRESS)
Escritos contra la Gata Negra de Carasa
Escritos contra la Gata Negra de Carasa
AMIGAT
Escritos contra la Gata Negra de Carasa

La Asociación de Amigos del Gato (Amigat) ha solicitado la suspensión del evento conocido como 'La suelta de la Gata Negra en Carasa', que se celebra cada 16 de agosto, y desde hace 541 años, en esta localidad de la Junta de Voto.

Con motivo de este ritual, único en España, de carácter agrícola y carnavalesco y cuya anulación ya fue pedida en 2017 por partidos políticos y colectivos animalistas, Amigat ha registrado este lunes dos escritos, uno ante la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria interesando que no se autorice este evento, y otro ante la Fiscalía, para que determine la ilegalidad del espectáculo y la actuación del Ayuntamiento.

Ambos documentos han sido acompañados por un informe elaborado por la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA), según precisa Amigat.

Esta agrupación defiende en un comunicado que la Ley de protección de los animales de Cantabria establece que se prohíbe su uso en espectáculos y otras actividades si les ocasiona sufrimiento o pueden ser objeto de burlas o tratamientos indignos.

Además, desde la entrada en vigor del Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía la suelta de la Gata Negra de Carasa -tras una procesión y porque, según la leyenda, su huida pronostica cómo serán las cosechas en función de si va hacia la mies (buenas) o a la montaña (malas)- "es manifiestamente ilegal".

En este sentido, Amigat admite que desde la denuncia interpuesta por la asociación ecologista ARCA y la polémica que surgió el año pasado el evento se ha "suavizado", pese a lo cual -apostilla la asociación- "se sigue poniendo en peligro la salud y bienestar del animal".

Y es que los gatos, por sus características de comportamiento y etológicas -en el medio natural- "no se adaptan bien a los cambios de localización y son muy sensibles al sonido".

Además, advierten de que con la suelta, el ejemplar puede "perderse" o "ser atropellado", ya que "el ruido, la fanfarria y la aglomeración de personas genera un gran cúmulo de estrés en el animal", que le lleva a un "comportamiento descontrolado y nervioso".

"Cualquier persona que tenga un gato o que los conozca un poco sabe que no se adaptan bien a los cambios y son extremadamente sensibles a los ruidos", apuntan desde Amicat.

MÁS DE 200.000 FIRMAS

Por todo lo anterior, y con el objetivo de que no se utilice un animal en este evento festivo, ya han recogido más de 202.700 firmas en Change.org.

Consideran que el espectáculo "infringe innecesariamente sufrimiento y angustia a un animal", ya que "los gatos negros no tienen facultades adivinatorias, ni poderes mágicos para determinar o conseguir nada relacionado o vinculado con la cosecha".

Recuerdan además que la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia y León, en la desestimación del recurso de apelación sobre el Toro de la Vega, señaló que "la tradición sin más no es un argumento para justificar la persistencia de determinados ritos que la sensibilidad social actual puede rechazar. No hace falta citar aquí tradiciones de tiempos pasados cuya admisión ahora resulta impensable".

Recalcan que el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea establece en su artículo 13 que los animales son seres "sintientes" por lo que no se puede "seguir manteniendo, sin revisar, tradiciones asentadas en el siglo XV".

"Cuantos más siglos tiene una tradición más necesidad hay de valorar si esta introduce valores positivos o en cambio va contra los valores éticos y morales que una sociedad avanzada debe fomentar. La utilización de animales en eventos populares es una práctica que debe desaparecer", concluyen.

HISTORIA DE LA GATA NEGRA

La historia de la 'Suelta de la Gata Negra' se remonta a 1477, año en el que una sequía asolaba y amenazaba las cosechas del pueblo de Carasa.

La leyenda cuenta que Manuel Otero, alcalde de aquella época, trajo una gata negra en procesión que tenía fama de tener poderes. Al soltarla, la gata se fue hacia la mies y aquel año, como si de un milagro se tratase, las cosechas mejoraron.

Por ello, todos los vecinos del pueblo, año tras año, están pendientes del camino que tomará el animal en su huida. Antaño, si se dirigía hacia la mies, era presagio de fertilidad en los campos y buenas cosechas; sin embargo, si huía hacia el Pico Carrasco era señal de malos augurios. De ahí el marcado carácter agrícola de esta celebración.

En cuanto al origen carnavalesco, queda patente en la escolta de todos los niños del pueblo disfrazados que acompañan a la gata en su camino desde Rioseco (barrio más alto de la localidad) hasta la plaza del pueblo.

La gata llega a este punto subida en una carroza adornada y tirada por un burro, en compañía de un trovador y su comitiva, que una vez allí cuenta a modo de coplillas las confidencias que le ha hecho el animal sobre los sucesos acontecidos en los barrios y algún hecho concreto de especial relevancia en Carasa.

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