Los estadounidenses reaccionan contra el racismo: una marea humana arrincona a los neonazis frente a la Casa Blanca

Estudiantes se manifiestan contra el supremacismo blanco en EE UU.
Estudiantes se manifiestan contra el supremacismo blanco en EE UU.
EFE
Estudiantes se manifiestan contra el supremacismo blanco en EE UU.

Ha pasado un año desde que la ciudad de Charlottesville, en Estados Unidos, fue testigo de una especie de resurgir del racismo  más peligroso en el país. Tres personas murieron y más de veinte resultaron heridas cuando James Alex Fields arrolló a una multitud que se manifestaba contra la xenofobia.

Ese mensaje de rechazo ha vuelto a tener calado este fin de semana, y lo he hecho en un lugar muy representativo: la Casa Blanca. Con la llegada al poder de Donald Trump  los mensajes racistas se han ido multiplicando, en parte alentado por las intenciones del presidente. El muro de México, su veto migratorio o la separación de los niños y sus familias sirven de caldo de cultivo para quienes rechazan la igualdad racial.

Pero hay una gran parte de la sociedad estadounidense que no está por la labor de que ese discurso se imponga. Así se demostró con una marea de miles de personas que desbordó las calles de Washington y obligó a una veintena de neonazis, envueltos en banderas estadounidenses, a celebrar su marcha por el supremacismo blanco en un rincón del Parque Lafayette, frente a la residencia de mandatario.

Para evitar enfrentamientos, la policía municipal colocó a los neonazis en un pequeño perímetro cercano a la mansión presidencial que definió con unas vallas negras de un metro de altura.

Tras el vallado, miles de contramanifestantes abucheaban a los supremacistas y gritaban consignas como "¡nazis, váyanse a casa!", mientras agitaban pancartas con mensajes como "Sin odio, sin miedo".

Los organizadores de la marcha 'Unir a la derecha' esperaban reunir a 400 personas, pero solo se presentaron unas veinte, la mayoría hombres blancos.

Uno de esos manifestantes, de 21 años y que respondía al seudónimo de Karl, aseguró que había acudido a la protesta desde Dallas (Texas) porque quería defender los "derechos de todas las personas", incluidos los blancos que, a su juicio, deberían ser mayoría en Estados UnidosA su lado, dos jóvenes cubrían su rostro con pañuelos, gorras y gafas de sol, mientras sostenían una bandera de EE UU que usaban para ocultarse cuando los periodistas se acercaban a ellos.

"Hay que defender la paz"

Había también familias como la de Kent Alley, quien hace un año vivió la tragedia de Charlottesville y decidió manifestarse frente a la Casa Blanca junto a su mujer y su hijo adolescente para demostrar a los xenófobos que no pueden conquistar el espacio público sin recibir respuesta.

"Fuimos testigos de lo que sucedió en Charlottesville. Tienes que defender el amor y la paz o el odio prevalecerá", explicó Alley mientras abrazaba a su hijo y pedía a los neonazis que vuelvan a su "agujero".

Alrededor de Alley circulaba una marea diversa de personas entre las que había socialistas y activistas afroamericanos, como Mayi Pierre, de 17 años que ondeaba una bandera oscura con el lema 'Black Lives Matter' (Las vidas negras importan) para pedir "respeto" para sus "hermanos".

"En este país se falta al respeto a las vidas de los negros todos los días y debemos mostrar a esos racistas que no son bienvenidos, no es justo que vengan a faltarnos al respeto", manifestó a Efe.

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